La historia de John Sudworth le está dando la vuelta al mundo, al menos en el hemisferio occidental. Las presiones de China lo llevaron a salir de ese país con su familia tras las amenazas de régimen de Xi Jinping.
El periodista de la BBC se ha destacado por investigar los abusos del régimen chino contra el pueblo uigur en la región de Xinjiang, un tema escabroso para la imagen del régimen comunista. Pero los nueve años en ese país terminaron con un vuelo rumbo a Taiwán junto con su esposa, también periodista, y sus hijos pequeños. Relató que era “demasiado arriesgado seguir”.
Sudworth contó a BBC Radio 4 que fueron perseguidos camino al aeropuerto e incluso en el área de embarque por policías vestidos de civil. Pero previa salida de la República Popular China, él y su equipo tuvieron que enfrentarse a vigilancia, amenazas de acciones legales, obstrucción e intimidación dondequiera que intentaran filmar.
“La BBC se ha enfrentado a un ataque propagandístico en toda regla, no solo contra la propia organización, sino contra mí personalmente, a través de múltiples plataformas controladas por el Partido Comunista”.
Lo que le ocurrió al reportero ha sido registrado y examinado por un grupo de corresponsales extranjeros en China, que recientemente publicó un informe basado en encuestas y entrevistas a los propios profesionales.
Our latest from Xinjiang.
And online:https://t.co/V2AvzXfMx1
— John Sudworth (@TheJohnSudworth) December 15, 2020
Lo que dice China
La salida del periodista de la BBC es vista por los medios comunistas de China como una huida. El portal Global Times dice que este se hizo famoso por “sus muchas historias sesgadas que distorsionan las políticas en Xinjiang de China y las respuestas al COVID-19”.
La negativa no es nueva. El régimen de Xi Jinping estaría aplicando todo el peso de su comunismo contra esta minoría musulmana, adoctrinándolos y torturándolos, según investigaciones y señalamientos de otros países.
Esta ocasión nuevamente fue aprovechada por el régimen chino para negar las acusaciones. “Después de salir del país, no informó de ninguna manera a los departamentos pertinentes ni proporcionó ninguna razón por la cual [se había ido]”, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre la salida del periodista de la BBC.
Caso por caso
En China está ocurriendo una “rápida disminución de la libertad de prensa”, así lo asegura el Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC). Varios casos similares han ocurrido en el último año y eso ha encendido las alarmas:
- Marzo 2020: Quedaron expulsados los corresponsales de nacionalidad estadounidense de los diarios The New York Times, The Wall Street Journal (WSJ) y The Washington Post, como una medida de “reciprocidad” contra EE. UU. por disminuir la cantidad de chinos autorizados para trabajar en cinco medios de Pekín en EE. UU.
- Septiembre 2020: Australia evacuó a sus dos últimos corresponsales por temor a que fueran detenidos arbitrariamente luego de ser interrogados, por separado, por miembros de las fuerzas de seguridad del Ministerio del Interior chino.
- Febrero 2021: Quedó prohibida la emisión de BBC World News por supuestamente haber violado “gravemente” sus regulaciones nacionales. Antes del anuncio, el régimen había criticado reportajes sobre el COVID-19 y sobre la persecución a la minoría uigur en Xinjiang.
FCCC Statement on the Mass Cancellation of U.S. Journalist Credentials in China pic.twitter.com/YSYMWxBdSb
— Foreign Correspondents' Club of China (@fccchina) March 18, 2020
“Acosar e intimidar”
Un informe publicado por el FCCC este año destaca las faltas de libertad de expresión en esa nación. Se hicieron 150 respuestas a una encuesta de corresponsales y entrevistas con jefes de oficina para emitir conclusiones.
“Todos los brazos del poder estatal, incluidos los sistemas de vigilancia introducidos para frenar el coronavirus, se utilizaron para acosar e intimidar a los periodistas, sus colegas chinos y aquellos a quienes la prensa extranjera buscaba entrevistar”.
Al menos 13 corresponsales recibieron credenciales de prensa válidas por 6 meses o menos, dijo la FCCC. Los reporteros extranjeros con sede en China generalmente reciben visas de un año y deben renovarlas anualmente, reseña Reuters.
En 2020 fue detenido Cheng Lei, ciudadano australiano que trabajaba para los medios estatales chinos. Luego tocó el turno a Haze Fan, ciudadano chino que trabajaba para Bloomberg News, ambos bajo sospecha de poner en peligro la seguridad nacional. Los dos permanecen detenidos.