Fuertes críticas están rodeando a Joe Biden por los altos números de migrantes ilegales que están llegando a la frontera. En medio de la situación, el presidente de EEUU entregó a Kamala Harris la tarea de lidiar con la oleada de inmigrantes.
Luego de días de advertencias, alertas, informes y aumento de cifras. Biden dijo que Harris no tendrá que consultarle sus decisiones en el tema migratorio. “Cuando ella hable, hablará por mí y no tiene que consultarlo antes conmigo”, anunció en desde la Casa Blanca.
La nueva agenda migratoria comenzó a ejecutarse desde que Biden asumió la presidencia. La decisión más sonada, fue la suspensión del muro fronterizo que aún estaba en construcción, pero aparte hubo otras órdenes que revocaron muchas políticas del Gobierno de Donald Trump. Las reformas llamaron la atención en el otro lado de la frontera. Como resultado, se están necesitando cada vez más lugares para alojar a los migrantes. De hecho, el Centro de Convenciones de San Diego se convertirá en centros de acogida para niños.
En resumen, en las manos de Harris está cumplir dos objetivos según funcionarios de la administración reseñados por EFE:
- Frenar la llegada de migrantes ilegales “con medidas para fortalecer la frontera” y programas para que los centroamericanos puedan tramitar desde sus países de origen sus peticiones de asilo.
- Supervisar la colaboración con los países del Triángulo Norte, origen de la mayor parte de migrantes que han llegado en las últimas semanas a EE. UU. Ese apoyo consistiría en atacar la corrupción, proveer oportunidades económicas a los ciudadanos y fortalecer sus instituciones.
El “presidente migrante”
Mientras tanto, comienzan las fricciones diplomáticas. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, culpó a Biden con la siguiente frase:
“Se crearon expectativas de que con el Gobierno del presidente Biden, habría un mejor trato a los migrantes. Esto ha provocado que los migrantes centroamericanos, y también de nuestro país, quieran cruzar la frontera pensando que es más fácil hacerlo”.
En total, 100.441 personas fueron detenidas en febrero por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). En enero fueron 78442, un aumento evidente de acuerdo al balance del organismo.
A inicios de marzo AMLO ya había insistido con el tema, inclusive le dijo a Biden durante un encuentro virtual la forma en que lo apodan de México: el “presidente migrante”.
Pero Biden parece no asumir la culpa. “Esta nueva oleada con la que estamos lidiando ahora comenzó con la última administración, pero es nuestra responsabilidad lidiar con ella humanamente”, dijo en reunión con la vicepresidente Kamala Harris, indicó un reporte de The Epoch Times.
Refugios más grandes
El Centro de Convenciones de San Diego está ubicado en en California, a unas 20 millas al norte de la frontera. El espacio se convertirá en refugio para 2300 menores de edad ante la incapacidad de acogerlos a todos en las instalaciones dispuestas para ello.
Funcionarios estatales adelantaron que la estadía promedio de cada niño será de 30 a 35 días, según EFE, mientras la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) entregó 3000 catres, 6000 mantas y 36000 litros de agua.
Tan solo días antes, la administración de Biden cerró un contrato por 86 millones de dólares por habitaciones de hotel para albergar a unas 1200 familiares migrantes. En un centro de detención de Texas identificaron hasta 400 niños en carpas, espacios que solo tienen capacidad para 260.
Los números siguen aumentando y no parece haber señales de disminuir. Kamala Harris tendrá la responsabilidad de frenar la llegada de migrantes ilegales tan solo dos meses después que Biden comenzara con los cambios.