Una persona blanca no puede traducir los textos de una persona negra. Ese es el razonamiento del progresismo que ahora busca incursionar en la literatura. Una columna publicada por la activista Janice Deul en el diario holándes Volkskrant generó reacciones en Estados Unidos y Europa que finalmente llevaron a la renuncia de Marieke Lucas Rijneveld, escritora de éxito y poeta de 30 años de edad. Identificarse como una “persona no binaria” y haber ganado el prestigioso premio International Booker Prize tampoco ayudó a Rijneveld ante las críticas y argumentos de Deul.
Todo comenzó cuando la editorial holandesa Meulenhoff centró su atención en Amanda Gorman, la poeta estadounidense que habló durante el acto de inauguración de Joe Biden, la empresa adquirió los derechos para publicar sus textos en los Países Bajos. El portal El Diario AR detalla que la propia Gorman estuvo de acuerdo con encargar la tarea a la holandesa de 30 años.
Sin embargo, toda la cuestión de lucha racial parece no contemplar los méritos profesionales. Para la activista Janice Deul se trata de “una elección incomprensible” para ella y para “muchos otros que expresaron su dolor, frustración, enfado y decepción a través de las redes sociales”. Por eso, criticó a la editorial por no haber elegido a una traductora con el mismo color de piel que Gorman, una “artista joven, mujer y, sin duda, negra”.
El verdadero lado oscuro
“Estoy impactada por el alboroto que se ha creado en torno a mi participación en la difusión del mensaje de Amanda Gorman, y entiendo a la gente que se siente herida por la elección de Meulenhoff de pedirme la traducción”, publicó Marieke Lucas Rijneveld tras las reacciones provocadas por Janice Deul. La holandesa decidió renunciar al proyecto.
Pero este incidente no es el único para el resto de traductores de Amanda Gorman. El escritor español Víctor Obiols fue vetado por no tener el mismo color de piel que Amanda Gorman. El rechazo vino de Viking Books, la editorial de EE.UU. que publica la obra de la poeta afroamericana.
“Vetado porque, a pesar de admirar mi curriculum vitae, quieren una traductora mujer, activista y preferiblemente negra”.
Obiols era el encargado de traducir los textos a catalán, aunque ya esto quedó descartado por la “nueva inquisición” de la cual dice ser víctima de acuerdo a la reseña de El Mundo. Tampoco parece importar demasiado su experiencia como traductor de Oscar Wilde y William Shakespeare y como director entre 2004 y 2009 del Festival Internacional de Poesia de Barcelona.
Su trabajo quedará archivado porque Obiols ya había finalizado la traducción. Explicó que la editorial norteamericana había enviado un correo a Univers (del grupo Enciclopèdia Catalana) afirmando que su perfil no se ajustaba a lo que buscaban. La editorial catalana pagará la traducción realizada a Obiols pero no será publicada.