El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sumó un nuevo tropiezo a sus apariciones en público, literalmente hablando. El demócrata tuvo serias dificultades para subir al avión presidencial cuando salía de Washington con destino a Atlanta.
No fue uno, ni dos sino tres tropiezos en las escaleras para abordar el Air Force One, hasta que finalmente quedó de rodillas. Esto se suma a otros percances que asomarían problemas de salud para el mandatario de 78 años. En un intento por aparentar normalidad, Joe Biden después saludó y se metió en cabina para despegar hacia Georgia.
Ha habido silencios incómodos, cavilaciones o confusión de nombres durante sus discursos. El más reciente fue cuando en medio de declaraciones a la prensa el demócrata simplemente se preguntó «¿qué estoy haciendo aquí?», así a la vista de todos. La comidilla fue instantánea porque ya vienen siendo repetitivos.
Por supuesto que la Casa Blanca salió al paso, aunque no ofrecieron detalles de por qué ocurrió, ni por qué el presidente de EE. UU. viene atravesando estos episodios.
“Sé que la gente ha visto que el presidente Biden se resbaló mientras subía las escaleras al AF1, pero me complace informar que está bien y ni siquiera requirió atención del equipo médico que viaja con él. Nada más fue un paso en falso en las escaleras”, afirmó la directora de comunicaciones, Kate Bedingfield.
Biden catando cavaco para subir as escadas do Air Force One pic.twitter.com/6o6T1VnQus
— Lucas Rohan (@lucasrohan) March 19, 2021
¿Senilidad o karma?
Recordando aquel dicho de “el pez muere por la boca”, Joe Biden había criticado al expresidente Donald Trump en septiembre del año pasado cuando el entonces mandatario bajó detenidamente una rampa en la Academia Militar ubicada en West Point.
?? | Ante la pregunta sobre su claro deterioro de salud, en la campaña 2020, Joe Biden había dicho: "vean lo bien que subo escaleras y vean [a Trump] caerse de escaleras"pic.twitter.com/BaORgOHrf0
— La Derecha Diario (@laderechadiario) March 19, 2021
Pero más allá de eso y de la ironía que ahora se devuelve hacia Biden, está la salud del mandatario. Bastante dice el hecho de que cuestionara su presencia en pleno discurso cuando acudió a un centro de vacunación en Houston.
Antes, ya había confundido a su nieta con su hijo fallecido. Los inconvenientes no paran para Joe Biden, mientras la opinión pública sigue preguntándose si se trataría de demencia senil y tropiezos propios de la edad.