Continúan saliendo a la luz informes sobre los atroces abusos del régimen chino hacia la minoría musulmana uigur. El tema viene cobrando fuerza en los últimos meses por los crudos testimonios de sobrevivientes, advertencias de organismos independientes e inclusive la acusación de Estados Unidos.
Fue el exsecretario de Estado, Mike Pompeo quien a inicios de año acusó al régimen comunista de Xi Jinping de cometer un “genocidio y crímenes de lesa humanidad” contra los uigures en la región de Xinjiang. Su declaración le valió sanciones por parte de China a él y otros 27 exfuncionarios del Gobierno de Donald Trump.
Meses después, un nuevo informe determina que China ha violado “todos y cada uno de los actos prohibidos” en la Convención sobre el genocidio emitida por la ONU y firmada en 1948. Para esta conclusión participaron expertos en derecho internacional y se emplearon estudios de genocidio, comunicaciones filtradas del Estado chino, análisis de imágenes satelitales públicas y de la información que circula en internet china y otras fuentes.
“Creemos que las conclusiones son claras y convincentes”, se lee en el informe elaborado por el Newlines Institute for Strategy and Policy con sede en Washington, DC. Los argumentos reiteran las denuncias contra el régimen chino emitidas en los últimos años.
“No te ves como un ser humano”
“Ser uigur es un crimen”, “no te ves como un ser humano”. Son las frases que repiten algunas víctimas en el informe. Muchas de esas frases las habrían recibido luego de ser violadas.
Se calcula que hay 2 millones de uigures detenidos en los centros de tortura, Xi Jinping los llama “centros de reeducación”. Según el informe en estos centros se adoctrina a los uigures sobre el “atraso” de su identidad y se les obliga a reconocerlo. Estos abusos son denominados en el documento como “deshumanización”.
A esto se suma la video vigilancia. El presidente Xi Jinping ordenó a las autoridades de Xinjiang a instalar redes de vigilancia en masa, con cámaras de alta definición conectadas a ubicaciones de comando centralizadas de alta tecnología, en todas las aldeas, mezquitas e intersecciones clave. Entre 2016 y 2018, las ciudades de esa región gastaron hasta 46 millones de dólares en estos sistemas de vigilancia, según el documento.
Por si fuera poco, esta minoría étnica, sometida por el régimen comunista chino también sufre la esterilización forzada de sus mujeres y la detención de hombres en edad fértil, de acuerdo a la investigación.
“China está llevando a cabo una campaña de prevención de nacimientos bien documentada y financiada por el Estado dirigida a mujeres de edad fértil en áreas de concentración uigur con esterilización forzada masiva, abortos y colocación de DIU. China admite explícitamente que el propósito de estas campañas es garantizar que las mujeres uigures “ya no sean máquinas de hacer bebés”.
Un solo líder
Las denigrantes condiciones de esta comunidad los ha llevado a trágicas opciones, como el suicidio. El texto detalla que esto se han vuelto tan generalizados que los detenidos deben usar uniformes “seguros contra el suicidio” y se les niega el acceso a materiales susceptibles de autolesionarse.
Hace tan solo un mes trascendió que China también estaría aportando vacunas contra el COVID-19 a Turquía a cambio de perseguidos uigures. Un legislador del principal partido de oposición de Turquía llamado Yildirim Kaya afirmó a inicios de febrero que China ha entregado solo un tercio de las 30 millones de dosis que prometió.
«Tal retraso no es normal. Hemos pagado por estas vacunas», dijo Kaya. «¿China está chantajeando a Turquía?». Ante las sospechas, el legislador acudió al Gobierno turco pero no tuvo respuesta.
Los abusos parecen haber sido desestimados por la Corte Penal Internacional (CPI), que a finales del año pasado descartó investigarlos porque China no es parte del tribunal, aunque dejó el expediente abierto. A la par 39 países de la ONU ya habían denunciado a Beijing las violaciones a derechos humanos en Xinjiang. El listado puede verse en una nota de Axios.
No cabe duda que el nuevo informe del Newlines Institute for Strategy and Policy reitera lo que se ha denunciado una y otra vez. Sin embargo, el cruce de datos y el respaldo de expertos lleva a sus autores a afirmar los atropellos del régimen chino contra una minoría ideológica para mantener la hegemonía de un solo líder.