La posición de Joe Biden hacia Venezuela aún no está clara. El presidente estadounidense comenzó a emitir medidas a favor de la dictadura de Nicolás Maduro, aunque casi al mismo tiempo niega cualquier tipo de contacto con el régimen.
Este martes, el Departamento del Tesoro anunció una exención que de cierta manera matiza un levantamiento puntual de sanciones impuestas durante la presidencia de Donald Trump, autorizando algunas transacciones para operaciones portuarias y aeroportuarias entre Estados Unidos y Venezuela. El gesto comenzó a matizar las restricciones que limitan a la dictadura en términos económicos y políticos.
En esta escala de grises surgieron nuevas declaraciones del Departamento de Estado, que rechaza la idea de tener contacto directo con Maduro en el corto plazo. “Ciertamente no espero que este gobierno dialogue directamente con Maduro”, dijo Ned Price, el portavoz del Departamento de Estado.
Price se refirió a Maduro como un “dictador”. Sus declaraciones van en consonancia con las palabras de Antony Blinken, el nuevo secretario de Estado, quien afirmó que Estados Unidos no dejará de reconocer a Juan Guaidó como presidente interino. Sin embargo, las acciones, más allá de las palabras podrían ir en sentido contrario.
[Amplía] "Ciertamente no espero que este gobierno dialogue directamente con Maduro", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price. "Ciertamente no esperamos ningún contacto con Maduro en el corto plazo", agregó, en línea con la posición del gobierno de Donald Trump #AFP pic.twitter.com/S11D3uwQ06
— Agence France-Presse (@AFPespanol) February 3, 2021
El antagonismo de Biden
La agenda de Biden vendría marcada desde antes de ganar la presidencia. Un asesor senior afirmó que si el demócrata llegaba a la Casa Blanca, este buscaría establecer negociaciones con Maduro una vez que haya fecha para votar y presionarlo a que se comprometa a organizar elecciones justas, de acuerdo a New York Times. A esto se sumaron las palabras de los colaboradores de Biden, quienes manifestaron poca esperanza de que se siga tratando a Juan Guaidó como el líder de facto del país.
Luego de ser confirmado, se dio a conocer que entre los planes del presidente de EE. UU. efectivamente estaba negociar con el régimen venezolano para que, tal como asomaba su asesor, Maduro celebre elecciones libres a cambio de revisar las sanciones.
En medio del antagonismo —entre palabras y acciones de parte de Biden— está Nicolás Maduro, quien ha puesto sus esperanzas en la nueva administración. El dictador dijo que quiere “pasar la página” con el nuevo gobierno. A la par, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez sugirió que si se relajaban las sanciones se podría reinstaurar la embajada estadounidense en Caracas, replicó France 24.
La agencia de noticias detalla que según analistas, la nueva administración estadounidense será más moderada que la anterior frente a lo que ocurre en Venezuela. Las últimas acciones y palabras emitidas desde la Casa Blanca, serían prueba de ello.
Sin señales para la oposición venezolana
Mientras que la relación de Biden y Maduro sigue sin estar totalmente clara, el líder opositor Juan Guaidó espera ser considerado de la misma manera que lo hizo el expresidente Donald Trump.
Durante ese periodo, a Guaidó le fue concedido el acceso a fondos venezolanos congelados en Estados Unidos que antes eran manejados por el Banco Central de Venezuela controlado por el chavismo. Adicional, EE. UU. contempla un monto anual para acciones dirigidas en pro de la democracia en Venezuela, la cifra aprobada para el nuevo periodo fiscal de 2021 es de 33 millones de dólares.
De acuerdo a una nota de El Mundo, no hay conversaciones planificadas entre la presidencia encargada y el Gobierno de Biden. La figura que participaría en una hipotética conversación sería Leopoldo López.
“Biden debería hablar con la UE y el Vaticano antes de caer en la trampa de la negociación con Maduro. Ambos descubrieron por las malas cómo usa las negociaciones para ganar tiempo y socavar a la oposición, nunca aceptarán nada que amenace su control de poder”, afirmó a finales del año pasado el senador Marco Rubio.