La vacuna rusa Sputnik V tiene una efectividad de 91,6 % según un estudio publicado en la famosa revista científica The Lancet. La vacuna ha estado envuelta en polémica por el énfasis que Vladimir Putin ha puesto en su rápida aprobación, aún con el escepticismo de los organismos internacionales.
A la novedad se suma el hecho de que la revista que publicó el estudio acumula un reciente historial por retractarse de estudios con errores o mal ejecutados. Aún así, la noticia sobre la Sputnik V ha dado la vuelta al mundo, quedando cerca de vacunas como Moderna con eficacia de 94 % o de Pfizer/BionTech con 95 %.
El estudio se basó en datos de unos 20.000 participantes. Tres cuartas partes (14.964 personas) recibieron la vacuna y una cuarta parte (4.902 personas) recibió un placebo.
Luego de 21 días de la administración de la primera dosis (justo el día de la dosis 2), fueron confirmados 16 casos dentro del grupo que sí la recibió, frente a 60 casos del grupo de placebo. Esto se reduce en una eficacia del 91,6 %, indica la revista respaldada por expertos independientes.
La prisa de Putin
La Sputnik V fue aprobada por Rusia en octubre del año pasado aún con las advertencias de la Organización Mundial de la Salud. Las dosis anunciadas por Putin aún no llegaban a la fase 3 de los ensayos clínicos. Los críticos aseguraban que podría ser perjudicial para los pacientes.
“Sé que funciona con efectividad, crea una inmunidad estable”, dijo Putin durante una trasmisión en la televisión rusa. Incluso llegó a afirmar que su hija había recibido la vacuna durante las primeras pruebas.
A finales del año pasado la vacuna llegó a Latinoamérica. Argentina se convirtió en el primer país de la región en registrar la Sputnik V. La vacuna fue aprobada por el regulador de medicamentos ANMAT a pesar que aún se encuentra en la fase 3 de estudios. Otros países también están haciendo uso de la vacuna, como Hungría, Emiratos Árabes Unidos e Irán.
Este nuevo estudio publicado por The Lancet indica que la eficacia solo fue probada en casos sintomáticos, es decir, faltan datos sobre casos asintomáticos. A la par, otro dato parece haber limitado el estudio: el seguimiento fue de 48 días luego de la primera dosis, por lo tanto el estudio no midió el periodo entero de protección.
La polémica revista
The Lancet está catalogada como una de las revistas más prestigiosas del mundo científico. Fue creada en 1823 por el Thomas Wakley, un cirujano inglés, figura política y forense. Con el tiempo se posicionó y diversificó en más revistas.
La primera controversia ocurrió en el año 1998 cuando a través de un estudio, se sugería un vinculo entre la vacuna MMR (usada para prevenir el sarampión, las paperas y la rubéola) y el autismo. En el año 2004, 10 de los 13 autores rechazaron su propio estudio, indica Infobae. Para 2010, la revista se retractó completamente del artículo luego que su autor principal actuara “de manera poco ética” durante la investigación.
Otro caso ocurrió en mayo del año pasado. La revista publicó una investigación sobre la hidroxicloroquina que describía supuestos resultados con mayor riesgo de muerte y de problemas cardíacos. Fue tal repercusión que la OMS detuvo los ensayos con ese componente.
Días después los autores detectaron errores en la metodología del estudio, hasta que la revista se distanció de la investigación y exigió una auditoría a los investigadores. Finalmente dos meses después, tres de los cuatro autores y The Lancet recularon y desestimaron el artículo.
“Ya no podemos garantizar la veracidad de las fuentes de datos primarias”, escribieron en The Lancet.