El juicio político contra Donald Trump tiene muy pocas o casi nulas posibilidades de prosperar. En una audiencia reciente la mayoría de senadores republicanos rechazó el proceso, el resultado es un termómetro que desde ya demuestra que no hay suficientes votos para condenarlo.
“Está muerto de salida”, sentenció el senador Rand Paul, quien presentó la moción en la Cámara alta para declarar el juicio como inconstitucional, reseñó EFE. En total 45 senadores republicanos votaron en contra de proceder con el juicio político, otros 55 votaron a favor de continuarlo. La última cifra incluye a 50 demócratas y cinco republicanos.
La jugada de Paul buscaba dejar constancia y demostrar que los votos a favor de una sentencia no llegan a las dos terceras partes requeridas (67 votos) como lo exige la ley para declarar la responsabilidad política. El juicio seguirá adelante, pero el precedente quedó plasmado. “Sólo hay que hacer números”, afirmó el senador.
Mitt Romney, Ben Sasse, Susan Collins, Lisa Murkowski y Pat Toomey son los cinco republicanos que votaron con los demócratas a favor del juicio. Las consecuencias están por verse, considerando que su voto se traduce en el rechazo al líder de su propio partido.
Los argumentos
“Desde el mediodía del miércoles pasado, Donald Trump no ocupa ninguno de los cargos enumerados en la Constitución. Es un ciudadano particular”, argumentó Paul en la Cámara alta. El senador siempre ha sido firme en su postura política, ha rechazado la violencia de grupos como Black Lives Matter y ha expuesto argumentos en contra de guerras que solo perjudican a EE. UU.
Esta vez fue contra las ansias de los demócratas. Sus palabras fueron certeras si se comparan con el artículo 2, sección 4 de la Constitución estadounidense, que se refiere al proceso de ‘impeachment’ contra “el presidente, el vicepresidente y miembros del Gabinete”.
“Este juicio político no es más que un ejercicio partidista diseñado para dividir aún más el país. Los demócratas dicen querer unificar el país, pero acusar a un expresidente, un ciudadano privado, es la antítesis de la unidad”, dijo en su intervención.
Sen. @RandPaul: "This impeachment is nothing more than a partisan exercise designed to further divide the country. Democrats claim to want to unify the country, but impeaching a former president, a private citizen, is the antithesis of unity." pic.twitter.com/W8SHXO2URn
— CSPAN (@cspan) January 26, 2021
Sus palabras fueron secundadas por el senador James Lankford. “Esto no es un juicio; esto es teatro político. No pueden remover de un cargo a alguien que ya está fuera de él. En este juicio no hay un presidente actual, ningún presidente del Tribunal Supremo y no hay posibilidad de que alguien pueda ser destituido de su cargo porque no está en ningún cargo”, fueron sus palabras replicadas por The Epoch Times.
Juicio inconstitucional
El juicio comenzará la semana del 8 de febrero, la única esperanza para los demócratas es lograr inhabilitar a Trump para futuros cargos, pero no deja de ser cierto que el juicio “está muerto”.
Al proceso lo rodea un halo de ilegalidad. Tampoco hay precedentes de un suceso similar. El profesor de derecho de Harvard Alan Dershowitz no ve con buenos ojos el recurso legal impulsado por los demócratas y liderado por Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes.
“La Constitución es muy clara. El sujeto, el objeto, el propósito de la acusación es destituir a un presidente en ejercicio”, dijo a Fox News. Dershowitz recordó cuando el presidente Nixon renunció en 1974, anticipándose a ser acusado y destituido. “No hubo ningún esfuerzo para acusarlo después de que dejó el cargo”, aseveró.
Entonces, la estrategia aplicada en la moción republicana no sería más que una prueba de la inconstitucionalidad del proceso, que según Rand Paul ya puede darse por finalizado. “Este voto indica que se acabó, el juicio ha terminado”, sentenció.
Incluso Mitch McConnell votó por rechazar el juicio. El líder de los republicanos en el Senado no ha aclarado su posición. Una veces se manifiesta a favor y otras en contra, pero desde el inicio adelantó que la iniciativa de los demócratas estaba fuera de los tiempos reglamentarios, y en efecto, Donald Trump no fue destituido mientras era presidente.
Tan solo falta una semana para que el ‘impeachment’ avance, aunque no es seguro hasta donde, porque quedó demostrado que los demócratas estarían lejos de conseguir los votos necesarios.