Al gobierno chavista se le salieron de las manos lo grupos civiles armados (mejor conocidos como colectivos), al punto que hoy están tan equipados como el ejército. Con grupos que imponen sus propias reglas en las calles venezolanas.
La idea de Hugo Chávez llamada los “Círculos Bolivarianos” surgió en el 2001, pero no fue sino hasta 2002 cuando el golpe de Estado abrió aún más el espectro violento y Chávez tomó la decisión de armarlos para una supuesta defensa de la patria.
En la mente de los venezolanos está cuando los colectivos comenzaron a recorrer las calles. Se abrían paso en motos, con banderas, camisas rojas e incluso armas en mano. Lo más peligroso es que dichos grupos están conformados principalmente por cabecillas criminales de las barriadas que comenzaban a disfrutar las mieles de la impunidad.
Un reportaje de la periodista venezolana Sebastiana Barráez hace mención al momento cuando las armas se repartían “como caramelos en fiesta infantil” en Caracas y en el interior del país, sin control alguno.
Pero el tema rebasó los límites, los personajes del gobierno que aseguraban controlar a dichos grupos, hoy perdieron el rastro de dónde están todas esas armas y de quien las tiene, agrega la nota. Además, se convirtieron en enemigos de los cuerpos policiales.
Para 2019 se calculaba que habían 228.294 armas y municiones desaparecidas de los parques de armas y polvorines de la Fuerza Armada y los cuerpos policiales de Venezuela.
Amenazas sin límites
La nota de Barráez va en consonancia con un reportaje de The News York Times del año 2017, cuando las protestas contra la dictadura se apoderaron del país.
Los colectivos fueron parte indispensable para la represión de aquellas manifestaciones, el medio relata cómo en una ocasión llegaron lanzando bombas lacrimógenas. Según los testigos, luego sacaron las pistolas y dispararon. Carlos Moreno, de 17 años, cayó al piso en medio de un charco de sangre.
Se financian gracias a la extorsión, el contrabando en el mercado negro de alimentos regulados y el narcotráfico. Y el gobierno, ya sin control pero dependiente de ellos, no hace nada al respecto.
No solo amedrentan en protestas, también se meten en lugares o con personas que no le convienen al régimen. Oscar Noya, un investigador de enfermedades infecciosas tropicales, contó ese año que su laboratorio había sido vandalizado unas 30 veces.
El problema para el chavismo es que allí se investiga la evolución de epidemias sobre las cuales no difunde cifras, como la malaria.
Absorbieron tal cantidad de poder, que en 2017 controlaban el 10 % de pueblos y ciudades de Venezuela, según el Fermín Mármol León, abogado y criminólogo venezolano.
El plan fracasado del régimen
Barráez, en su trabajo publicado por Infobae, recuerda una encuesta del año 2002 hecha por la firma Mercanálisis en Caracas. El 55 % de los consultados consideró agresivos a los círculos bolivarianos, contra 31 % que los percibía pacíficos.
El destino de aquellas armas perdidas también es preocupante, ya que habrían sido comercializadas o entregadas a grupos irregulares, bandas criminales, hampa común y otras organizaciones ilícitas, según la organización Fundaredes.
Como un parapeto más del chavismo, en 2014 Nicolás Maduro presentó un Plan de pacificación Nacional para “luchar contra la violencia criminal”. Maduro pretendía controlar algo que ellos mismos provocaron.
Dijo que tenía “un mapa 600 pandillas” con las cuales conversaron para iniciar su desmovilización. “Este es el camino para redimir a Venezuela, el camino para construir una paz estable y permanente”, dijo el dictador. Todo se esfumó y no hubo resultados.
Para 2019 Venezuela acumulaba una tasa de 60,3 % homicidios por cada 100.000 habitantes, la más alta del mundo y por delante de otros países de la región, como El Salvador, Jamaica y Honduras, según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
El último operativo sangriento
Lo último respecto a la lucha contra “grupos criminales” ocurrió a inicios de este año. Las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y Unidades Operativas Tácticas Especiales (UOTE) entraron a La Vega, un sector popular en Caracas en un violento operativo que dejó al menos 23 muertos, según relata NTN24.
“Da la impresión de que este tipo de acciones, más allá de intentar enfrentar bandas criminales, lo que busca es ejercer control sobre la comunidad mediante métodos represivo para impedirle que ejerza su derecho a reclamar”, declaró Marino Alvarado, coordinador de Provea en entrevista con El Pitazo.
Alvarado explica que desde julio de 2020 se estaban dando protestas en la zona por la falla de servicios públicas. Los vecinos se estaban organizando en consejos comunales para reclamar las deficiencias provenientes de la mala gestión del Estado.
Por su parte, el líder opositor Juan Guaidó dijo que “Venezuela sufre los efectos de que el régimen por años armó bandas criminales, ampara el narcotráfico y desde el lenguaje de odio secuestra el poder”.