
El control y la censura que Twitter aplicó sobre Donald Trump ciertamente causó molestias y levantó sospechas. La cuenta simplemente dejó de existir, todo lo que había comunicado el presidente de EE. UU. ya no está más o habrá quedado en los registros de la red social.
Pero el plan de censura de la empresa, bajo el mando de Jack Dorsey, será mucho más grande. Para él la batalla no acabó, así lo dejó saber en un video recientemente filtrado.
Dorsey asegura que lo que comenzó con Trump, “será mucho más grande que una sola cuenta, y continuará por mucho más tiempo que este día, esta semana y las próximas semanas y continuará más allá de la inauguración”.
Twitter parece encaminarse a tomar un papel como juez de la libertad de expresión, aunque la doble moral salta a la vista cuando aún permiten la difusión de grupos de izquierda como BLM, organizaciones terroristas como las FARC y Antifa o violadores de derechos humanos como el dictador Nicolás Maduro.
Las declaraciones se pueden ver en un video obtenido y filtrado por Project Veritas, organización dedicada a destapar irregularidades en instituciones públicas y privadas.
BREAKING: @Twitter Insider Secretly Records CEO @jack Detailing Agenda For Further Political Censorship
“We are focused on one account [@realDonaldTrump] right now but this is going to be MUCH BIGGER than just one account & it’s going to go on for much longer…"#ExposeTwitter pic.twitter.com/QhyyUTHlM9
— James O'Keefe (@JamesOKeefeIII) January 14, 2021
El temor por el control que podría imponer Twitter saltó entre los inversores de Wall Street. La empresa sufrió una caída del 5 % de las acciones, que representan 2100 millones de dólares.
¿Comienza la purga?
“Entonces, el enfoque está ciertamente en esta cuenta y en cómo se relaciona con la violencia del mundo real. Pero también, debemos pensar a más largo plazo en cómo se desarrollan estas dinámicas con el tiempo. No creo que esto vaya a desaparecer pronto”, sentencia el CEO de Twitter.
Youtube, Facebook, Snapchat e Instagram, siguieron los mismos pasos para censurar a Trump, escudados en los mensajes que a su juicio incitaban a la violencia. El actual presidente de EE. UU. consiguió en Gab una alternativa para comunicarse, pero queda la duda de qué pasará con el resto de las personas que usan las redes sociales.
En días recientes, Twitter suspendió alrededor de 70.000 cuentas ligadas al movimiento QAnon tras la violencia ocurrida en el Capitolio durante la certificación de votos electoral.
El mismo día, Youtube suspendió “al menos por siete días” el canal de Trump y borró un video por el “riesgo de violencia” y “violación de las políticas”.
El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo en un comunicado que Trump “tiene la intención de utilizar el tiempo restante en el cargo para socavar la transición pacífica y lícita del poder a su sucesor elegido, Joe Biden”.
El objetivo quedó claro en este complot de redes sociales a pesar que, luego del revés en el Congreso, Donald Trump pidió a sus seguidores volver a sus hogares, en días posteriores también hizo llamados a la calma, esta vez difundidos por su secretaria de prensa.
La relación Joe Biden
A partir de esta nueva etapa, que comenzó el pasado 6 enero, las redes sociales entonces estarían dejando de ser medios de comunicación para convertirse en actores reales.
Jack Dorsey añade en el video que desde Twitter están enfocados en controlar los mensajes que según ellos, son negativos.
También se autoimpone el papel de árbitro al asegurar que Estados Unidos está “está extremadamente dividido”, por eso la función de la red social “es proteger la integridad de esa conversación y hacer lo que podamos para asegurarnos de que nadie sea perjudicado por eso”.
Hasta acá el escenario es que habrá mayor censura, más fuerte y robusta; pero el panorama se enturbia cuando mencionamos las donaciones que las Big Tech están haciendo al binomio Biden-Harris. Google está entre ellas.
Entonces, esta triangulación entre Big Tech y redes sociales junto a Joe Biden y Kamala Harris dejan entrever de qué viene el tema. Una alianza que busca hacerse de más poder, controlar e influir en lo que se dice dentro y fuera del mundo digital.