
La celebración en el Partido Demócrata duró poco. A pesar de la proclamación de Joe Biden como presidente electo no todo es color de rosa. La actual presidente de la Cámara baja, Nancy Pelosi, y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) son la prueba de la división.
Pelosi tiene tres décadas como congresista, por lo que tiene una visión tradicional de la política estadounidense, mientras que Ocasio-Cortez forma parte del ala más radical de la izquierda. Es militante del llamado «socialismo democrático«.
En el año 2019 quedaron en evidencia las diferencias entre ambas, cuando AOC promovió un impeachment a Trump por supuestos comentarios «racistas» contra el grupo Justice Democrats (Demócratas de la Justicia), formado por cuatro congresistas naturalizadas estadounidenses. Pelosi lo rechazó por considerar que no sería inteligente, ya que no sería efectivo. Así fue, la votación quedó 332 a 95. La Cámara rechazó la iniciativa.
Un año después, AOC decidió ir contra Pelosi, que espera ser reelegida presidente de la Cámara de Representantes, tras ser seleccionada líder del partido.
«Sí, creo que necesitamos un nuevo liderazgo en el Partido Demócrata», declaró a The Intercept. A su juicio, Pelosi debe salir del poder en el Congreso, aunque reconoce que no hay alternativas viables para el liderazgo de la Cámara o el Senado.
La rebeldía de los radicales
«Si creas ese vacío, hay tantas fuerzas nefastas en juego para llenar ese vacío con algo aún peor», continuó durante la entrevista.
También aprovechó para decir que la falta de liderazgo se debe a que los dirigentes actuales del caucus «pasaron varios años concentrando el poder sin ninguna preparación real de una próxima generación».
Las palabras de Ocasio-Cortez mantienen la misma rebeldía que ha expresado en otros temas de la política estadounidense, como por ejemplo, cuando se realizó la juramentación de Amy Coney Barrett como la nueva juez de la Corte Suprema.
La demócrata de ascendencia puertorriqueña no tardó en amenazar con «ampliar la Corte» para tener mayoría de jueces de tendencia progresista.
Sin embargo, AOC parece lavarse las manos cuando le consultan si ella misma se postularía para el siguiente periodo presidencial de la Cámara baja, es decir para 2023.
“La Cámara de Representantes es extraordinariamente compleja y no estoy preparada”, dijo. “No puedo ser yo. Sé que no podría hacer ese trabajo».
Diferencias generacionales
Son innegables las diferencias generacionales entre ambas. Las redes sociales han sido un factor determinante en la popularidad de AOC. Entre sus ideales está implementar sistemas de salud y de educación gratuitos y públicos, aumento de salarios y equidad de derechos.
También rechaza el establishment y ha desafiado a los veteranos de su propio partido por considerarlos parte de la élite que influencia a la sociedad.
Por el contrario, Pelosi está dispuesta a mediar con la bancada republicana dentro los mecanismos tradicionales. De hecho, en 2019 conversó con Donald Trump para conciliar dos proyectos de ley referidos a un fondo para ayuda de inmigrantes.
“¿Tienen quejas? Pues vienen y me las cuentan, pero no se pongan a tuitear sobre miembros [del partido] y esperen que nos parezca bien”, dijo Pelosi esos días, durante una reunión del Partido Demócrata a puerta cerrada. La transcripción de sus palabras se difundió en varios medios.
Críticas a Joe Biden
En el marco de este radicalismo, Ocasio-Cortez también criticó el grupo de transición que armó Joe Biden. Dijo que «es horrible» que haya incorporado a personas de empresas como Goldman Sachs, Facebook y Google.
«Creo que lo que mucha gente no recuerda es que ahora tenemos una administración de Biden que está recuperando a muchos de los nombrados por Obama, pero cuando Obama estaba haciendo nombramientos, estaba recuperando a muchos de los nombrados por Clinton», dijo a The Intercept.
De esta manera, la joven congresista cierra su ideal político, uno donde no figuran dirigentes de carrera, sino nuevas fichas con ideales tan extremos como los de ella.