El dirigente opositor venezolano, Leopoldo López, continúa su agenda en Colombia, enmarcada en encuentros políticos y actividades proselitistas. La gira lo llevó a reunirse con Claudia López, alcaldesa de Bogotá, quien hace apenas mes y medio promovía la xenofobia contra venezolanos.
El discurso de la alcaldesa cambió radicalmente, al punto que agradeció cuando Venezuela recibió a millones de colombianos que huían de la guerra y el narcotráfico.
“Bogotá ha sido siempre una ciudad de puertas abiertas. Bogotá es lo que es gracias a lo que recibe, lo mejor del talento humano de todas las ciudades de Colombia, de muchos países en el mundo y más recientemente de Venezuela”, dijo la funcionaria.
La alcaldesa y el político venezolano tienen algo en común: el radical cambio de sus discursos. El expreso político se declaraba un opositor acérrimo al régimen de Maduro, hoy plantea un gobierno de transición con chavistas. A la alcaldesa le faltó poco para deshacerse en elogios hacia los migrantes venezolanos, luego de haberlos tildado de criminales.
“Cuando la guerra y el narcotráfico pusieron en aprietos a millones de colombianos, muchos migraron a Venezuela buscando una oportunidad. Una mano solidaria que sí encontraron. Hoy el turno es para nosotros”, reconoció la alcaldesa durante un jornada llamada ‘En navidad la integración brilla’, para el acercamiento con venezolanos.
La discriminación de Claudia López
Durante el encuentro “no planificado”, Claudia López calificó como “valiente” al fundador del partido Voluntad Popular y dijo que desde Colombia “nos alegra ver a todos los venezolanos luchando por su libertad”.
Pero en este caso no hay memoria corta, sus declaraciones a finales de octubre provocaron el rechazo de la opinión pública. Tanto así que un juzgado colombiano aceptó una demanda contra la alcaldesa por difamar a los venezolanos.
Ella no prestó atención a las cifras oficiales, que destacan que los venezolanos son víctimas del 9,5 % de los homicidios en la capital colombiana y objeto de robos, actos de discriminación u odio, y violaciones a mujeres. Sus declaraciones fueron en otro sentido.
“No quiero estigmatizar a los venezolanos, pero hay unos inmigrantes metidos en criminalidad que nos están haciendo la vida cuadritos”, fueron sus flamantes palabras desde una zona popular de la capital colombiana.
La agenda de Leopoldo López
Leopoldo López demuestra que está buscando cualquier tipo de apoyo que consolide su iniciativa de alianza con el chavismo en un eventual nuevo gobierno.
Apenas llegó a Colombia, informó que entre sus planes estaba reunirse con representantes del Poder Ejecutivo y «todas las fuerzas políticas».
En su agenda se anotó el apoyo del presidente Iván Duque, que ya había mostrado sus intenciones por apoyar un gobierno de transición en Venezuela con integrantes de la dictadura.
“Sabemos cómo en los últimos meses estuviste expuesto a perder la vida por la persecución del régimen y cuando era inminente ese intento por acallar el alma, el espíritu y tu voz, te dije que aquí estaba Colombia”, esbozó Duque durante el encuentro.
Pero el expresidente Andrés Pastrana rechazó rotundamente la idea, y mencionó directamente a Nicolás Maduro, advirtiéndole además a Duque que no lo acompañaría en esa aventura.
La insistencia de Leopoldo López por desmontar la estrategia política de Juan Guaidó es cada vez más evidente. Contrario a la promesa del cese de la usurpación del presidente interino, López insiste en una coalición con chavistas. Adicionalmente ha planteado reunirse con políticos de extrema izquierda como el español Pablo Iglesias, involucrado en casos de corrupción, varios de estos vinculados con el régimen venezolano.