Los esfuerzos para la lucha contra el narcotráfico proveniente del Caribe parecen estar rindiendo frutos en los últimos meses. Específicamente en aguas caribeñas gracias a la acción de fuerzas navales holandesas en conjunto con Estados Unidos.
Solo en septiembre, el buque holandés HNLMS Groningen incautó alrededor de tres toneladas de clorhidrato de cocaína, reseña Primer Informe.
Las aguas caribeñas son aprovechadas por los carteles tras la disminución de vuelos comerciales desde Venezuela, la poca existencia del transporte de contenedores, y la paralización del sector pesquero. Factores que empeoraron con la pandemia.
Ahora, el transporte de preferencia para los narcotraficantes son las lanchas rápidas que se dirigen, especialmente, a islas del Caribe holandés (Aruba, Bonaire y Curazao) ubicadas apenas a unos kilómetros de las costas venezolanas.
Incautaciones recientes
A mediados de septiembre se dio a conocer que dicho buque holandés —que cuenta con avanzada tecnología de vigilancia— confiscó 80 kilos de cocaína frente a aguas venezolanas. No obstante, solo fue una de varias incautaciones.
El 8 de septiembre interceptó una lancha rápida hacia el oeste de Aruba con media tonelada de cocaína, según informó el Ministerio de Defensa Holandés.
En el lapso de un mes, se hicieron cuatro decomisos más: el 11 de septiembre (cuando se capturó otra media tonelada, de una lancha rápida), el 22 de septiembre (80 kilos), el 26 de septiembre (284 kilos) y el 28 de septiembre, cuando se incautó un récord de 1,9 toneladas de cocaína de una sola embarcación, reseñó Insight Crime, fundación dedicada al estudio del crimen organizado.
Las acciones de Holanda forman parte de un acuerdo entre 23 países para luchar contra el narcotráfico cerca de aguas venezolanas.
Alianza internacional
La convocatoria inicial para dicha alianza fue hecha en abril por Estados Unidos cuando anunció el inicio de operaciones anti narcóticas en el Pacífico Oriental y el Caribe. De esta manera destaca el interés internacional por frenar las actividades ilícitas del narcotráfico, en gran parte provenientes de Venezuela.
En ese momento el secretario de Defensa, Mark Esper, se refirió a la dictadura de Maduro como una de los regímenes que se basan en las ganancias de las drogas para obtener ingresos.
Bajo esta acción, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el despliegue de activos militares adicionales para incluir destructores de la Armada, un buque de combate litoral, embarcaciones de la Guardia Costera, aeronaves de vigilancia P-8 y elementos de una unidad del Ejército conocida como Brigada de Asistencia de la Fuerza de Seguridad, reseñó CNN.
En este sentido Esper detalló que otro 22 países se sumaban al operativo aportando “capacidades de inteligencia y operativas”, indicó la BBC.
“Durante años, los carteles han usado estas rutas para traer la cocaína principalmente desde Colombia, pero ahora también desde Venezuela. Y estas rutas marítimas en ambas costas se han convertido en las vías principales para traer cocaína a EE.UU.”, señaló el fiscal general estadounidense, William Barr.
El Gobierno narcoterrorista
Este gran despliegue internacional contra el narcotráfico caribeño no es de gratis. Los fundamentos están en la acusación que Estados Unidos hizo contra Nicolás Maduro en marzo.
El Departamento de Justicia de EE.UU. anunció los cargos por narcoterrorismo contra el dictador venezolano y ofreció 15 millones de dólares como recompensa por informaciones que permitan el arresto y enjuiciamiento de Maduro.
“Anunciamos cargos criminales contra Nicolás Maduro por llevar adelante, junto a sus principales lugartenientes, una sociedad narcoterroristas con las Farc por los últimos 20 años. El alcance y la magnitud de la droga traficada solo fue posible porque Maduro y las instituciones corruptas de Venezuela proveyeron protección política y militar para los crímenes de narcoterrorismo”, dijo Geoffrey Berman, fiscal federal del distrito sur de Nueva York.
El departamento también ofreció 10 millones por informaciones respecto a otros funcionarios chavistas como Diosdado Cabello y Tareck El Aissami.
“Estos individuos violaron la confianza pública al facilitar los envíos de narcóticos desde Venezuela, incluyendo el control de los aviones que salen de una base aérea venezolana, así como el control de las rutas de la droga a través de los puertos de Venezuela”, indicaba el comunicado reseñado por Infobae.
Además de este anuncio, la Administración de Control de Drogas (DEA) también ha ofrecido recompensas por dos líderes de las Farc que habrían participado en una conspiración de narcoterrorismo corrupta y violenta con funcionarios venezolanos de altos cargos.
La recompensa de 10 millones de dólares va dirigida contra Luciano Marín Arango, también conocido como “Iván Márquez”, de 64 años, miembro de la Secretaría de las Farc y Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias “Jesús Santrich”, miembro del Alto Mando Central de la organización criminal, señala el informe de la DEA.