Vladimir Putin anunció esta semana que registraron la segunda vacuna contra el coronavirus. El anuncio fue hecho a pesar de que la primera aún se encuentra en fase experimental.
Se llama EpiVacCoronay y está desarrollada por el Centro Estatal de Investigación de Virología y Biotecnología Véktor, reseña Infobae.
Putin aseguró que esta vacuna también la van a promover en el extranjero igual que lo hicieron con Sputnik-V (la primera registrada) y no desaprovechó el momento para decir que hay una tercera “en marcha” en el centro Chumakov de la Academia de Ciencias de Rusia.
Según el anuncio, hay 40 000 voluntarios que participarán en los análisis clínicos para la EpiVacCoronay, de los cuales 150 son mayores de 60 años.
De esta manera, el Gobierno de Putin sigue creando vacunas sobre las que pesan advertencias de la comunidad internacional por no estar completamente probadas. La conocida Sputnik-V apenas va por la tercera fase de experimentación.
Entre advertencias y conejillos de indias
En agosto de este año, la Organización Mundial de la Salud alertó sobre la supuesta vacuna, la primera en combatir el COVID-19.
La Organización Panamericana de la Salud añadió que antes de producir una vacuna, es necesario esperar hasta que se completen las fases 2 y 3.
“Acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad”, exhortó el el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, según El Cronista.
Las señales de alarma han sido desestimadas por el Gobierno de Putin, que en complicidad con el régimen de Maduro envió a Venezuela un lote de vacunas para probarla en sus ciudadanos, usados como conejillos de indias.
Si bien este experimento forma parte de la fase 3, será probada en ciudadanos venezolanos con el consentimiento del régimen dictatorial de Nicolá Maduro.
El rechazo a la pruebas
No todos los países se han prestado para lo mismo que hizo la dictadura de Venezuela.
Esta semana el Gobierno de India negó la posibilidad de implementar ensayos debido a la inseguridad y a la falta de datos.
“Los datos de seguridad e inmunogenicidad en estudios de Fase I y II en el extranjero son pequeños y no hay datos disponibles”, dijo el comité de expertos que analiza las propuestas para los ensayos de fármacos.
Además, un estudio del instituto Gamaleya de Moscú —respecto a la Sputnik-V— arrojó que han notado efectos adversos “muy frecuentes” como hinchazón, hipertermia, letargo, dolores de cabeza, picazón en el lugar de inyección, disminución del apetito, diarrea y síntomas similares a las de un resfriado.
Esta segunda vacuna llega con la fama de su antecesora, resta ver en qué otro país —con voluntarios extranjeros— decide experimentar el presidente ruso.