EnglishA fines de la semana pasada, la agencia de noticias Reuters informó que el ministro de Desarrollo Económico de Puerto Rico, Alberto Bacó, busca crear un nuevo “fondo soberano” para ofrecer incentivos a las compañías que inviertan en la isla. Afirma que ese fondo sería creado gracias a “concesiones de nuestros acreedores”, y sería utilizado para promover el desarrollo y el aumento de empleo en la isla.
Los fondos soberanos de inversiones son una alternativa que ha sido muy explorada y analizada en el ámbito de las finanzas públicas. En simples palabras, actúan como un fondo de donaciones para el país, y así se evita que los políticos gasten los ingresos por recursos naturales en la presente generación, preservando el valor de los activos del país para las generaciones futuras.
El fondo soberano más grande del mundo es el Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega, que los economistas señalan como modelo para todos los fondos soberanos. Los funcionarios noruegos crearon el fondo para preservar el valor de las vastas reservas petrolíferas del Mar del Norte, y ahora sus activos se ubican en US$900.000 millones, en un país de cinco millones de personas. Más cerca de casa, Dakota del Norte y Texas son dos estados que tienen fondos soberanos dentro de Estados Unidos.
La idea de todo esto es inmovilizar el dinero, y solo gastar el interés del capital. Son creados cuando uno cuenta con demasiado dinero.
Esto es lo opuesto al persistente problema en Puerto Rico. El Gobierno de la isla enfrenta un crisis de deuda, por eso los comentarios de Bacó son tan confusos. Uno no puede crear un nuevo fondo repleto de dinero para entregarle a empresas sin tener, precisamente, dinero para entregarle a las empresas.
No está claro de dónde pretende obtener el dinero. Él afirma que lo harán con “concesiones de los acreedores”, pero las concesiones de los acreedores llegarían en la forma de posponer vencimientos, y no la entrega de nuevo dinero para ser distribuido.
La única forma de que el plan de Bacó funcione es que el Congreso decida crear ese fondo con dinero de los contribuyentes de todo el país. Y las posibilidades de que eso suceda son aún menores que las de que el Gobierno federal rescate directamente la isla. ¿Cree en realidad alguien que los Republicanos en el Congreso quieren darle un fondo para sobornos a un endeudado y mal administrado Gobierno de Puerto Rico?
Los comentarios de Bacó parecen normales para el curso que tomaron los funcionarios puertorriqueños mientras se desarrolla la crisis de la deuda. El actual Gobierno del territorio no se ha tomado con seriedad la posibilidad de una reforma, haciendo esfuerzos para lograr un rescate desde Washington sin la necesidad de las desagradables, pero necesarias, reformas que la isla necesita para volver al crecimiento económico y a la solvencia fiscal. ¿Les suena familiar?
Nota del editor: lea más de Nick Zaiac sobre Puerto Rico aquí y aquí.