EnglishUno de los dilemas más persistentes de las políticas públicas sigue siendo cómo aumentar el crecimiento económico. Para intentar dar una respuesta, el vicepresidente de Investigación del Instituto Cato Brink Lindsey preguntó recientemente a 51 investigadores de todo el espectro político: “Si tuvieras una varita mágica con el poder de cambiar una o dos políticas o instituciones para mejorar las perspectivas de crecimiento a largo plazo de la economía de Estados Unidos, ¿qué cambiarías y por qué?”
Hubo muchas respuestas, que van desde más programas de aprendices, pasando por cambios tributarios, hasta reformar las licencias profesionales. Sin embargo, la conclusión más importante no es la diversidad de opiniones, sino el impactante consenso alcanzado por los académicos de todo el espectro político en una sola posible reforma: la inmigración. Si bien solo la mitad de los ensayos fueron publicados, cinco de ellos se concentran en mejorar el sistema migratorio del país de diversas maneras como la única gran reforma que podría impulsar el crecimiento.
¿A qué se debe semejante acuerdo? ¿Qué hace de la reforma migratoria, especialmente de trabajadores calificados, un cambio más auspicioso que cualquier otra reforma posible en ámbitos como la zonificación, subsidios, o impuestos corporativos? Es probable que ya exista un terreno fértil para lograr el apoyo a una reforma migratoria en la comunidad empresarial, y que el ingreso de más inmigrantes al país arroja resultados más visibles. Es de conocimiento popular que, por ejemplo, en Silicon Valley están en busca de talento de clase mundial.
Cuando las empresas planifican albergar a sus empleados en alta mar para eludir las regulaciones migratorias, hay algo podrido en el sistema vigente.
Basta con observar a Blueseed, una propuesta para construir oficinas para emprendimientos tecnológicos en aguas internacionales, frente a la costa de California. Cuando las empresas planifican albergar a sus empleados en alta mar para eludir las regulaciones migratorias, hay algo podrido en el sistema vigente.
También es posible que se deba a que la inmigración es un área especial de análisis de políticas públicas. Esto, en mi opinión, es el motivo de por qué sus beneficios tienen tanto apoyo. Después de todo, la inmigración es sencillamente el movimiento de mano de obra a través de las fronteras.
Hay un puñado de insumos que intervienen en la economía, principalmente la tierra, el trabajo y el capital. Para que una economía crezca, uno tiene que aumentar o hacer un uso más eficiente de esos factores. De los tres, la tierra es finita y raramente es transferida entre naciones. Aunque podemos utilizar la tierra de manera más eficiente, es probable que ya hayamos agotado la posibilidad de un mayor crecimiento territorial.
En el otro extremo del espectro se ubica el capital: en forma de dinero, circula constantemente alrededor del mundo. Aunque existen algunas barreras, el capital se mueve entre países mucho más fácilmente que la tierra o el trabajo.
La movilidad del trabajo entre fronteras ofrece ganancias claras, fáciles y evidentes. Estimaciones moderadas compiladas por Michael Clemens del Centro de Desarrollo Global muestran que si se remueven todas las barreras migratorias el PIB mundial podría duplicarse. En esencia, los beneficios económicos de la inmigración son alcanzables de forma directa a través de la acción gubernamental, más que cualquier otro método.
Es absurdo que profesionales altamente calificados deban esperar años, y hacerse camino entre montañas de trámites, para acceder al simple privilegio de trabajar en Estados Unidos.
Los Gobiernos afirman que muchas de sus políticas promueven el crecimiento económico. Si bien esto puede ser verdad, el impacto marginal de la mayoría de las políticas es mínimo. La economía estadounidense es gigantesca, y hay muchos factores intervinientes. A pesar de esto, hay formas sencillas de generar crecimiento, y la reforma del sistema de inmigración sigue siendo primordial.
Es absurdo que profesionales altamente calificados deban esperar años, y tengan que escalar montañas de trámites, para acceder al simple privilegio de trabajar en Estados Unidos. Esto no dice nada sobre los trabajadores migrantes con pocas calificaciones, cuyos beneficios para la economía podrían ser aún mayores. Abunda la evidencia sobre cómo el país podría estar mejor con una apertura del sistema migratorio.
Tanto Republicanos como Demócratas estarían de acuerdo en que a la economía no le vendría mal un poco más de crecimiento, y la manera más directa para lograrlo es aumentar la inmigración.