English“Es todo cuesta abajo desde aquí, pero no va a ser fácil”. Esta frase está resonando desde las elecciones de 2012 en las comunidades de activistas que buscan terminar con la guerra contra las drogas en Estados Unidos. Ese día, los votantes aprobaron dos iniciativas populares que legalizaron la producción, venta y consumo de cannabis en dos Estados: Washington y Colorado.
Este año, cuatro iniciativas destacadas serán sometidas al voto: la legalización completa en Alaska y Oregon, una especie de legalización parcial en Washington, D.C., y una iniciativa para legalizar la marihuana medicinal en Florida. Esta segunda ronda de iniciativas es vista como el próximo paso para terminar con la prohibición del cannabis.
Estas marcarán el tono de la discusión para cuando llegue la próxima etapa en 2016, cuando se espera que California, Arizona, Maine, Nevada y Massachusetts también voten iniciativas para la legalización. Como es de esperarse, los activistas están emocionados sobre las posibilidades en el día de los comicios. A continuación, un análisis de cada una de las iniciativas pendientes, su probabilidad de ser aprobadas, y qué es lo que sigue en caso de que los resultados sean los previstos.
Iniciativa 91 de Oregon: Probable aprobación
Oregon ha sido un escenario caótico para la reforma de la política sobre drogas. Un intento similar fracasó en 2012, sin embargo, sus defensores dieron vuelta la página y comenzaron a planificar inmediatamente otro intento para este año. Mientras que las encuestas recientes no ofrecen un resultado concluyente, la financiación continúa fluyendo hacia el Estado y los impulsores de la legalización ya superan a los opositores por un margen de 25 a 1 en cantidad de dólares gastados.
Esta medida, sin embargo, ha sufrido un serio retroceso por parte de aquellos que se benefician de la industria ilegal del cannabis en el Estado, quienes aparentemente mantienen una gran influencia. Mientras que la medida sigue aún en el aire, el apoyo todavía no cedió. Esto difiere de la fracasada campaña de la Proposición 19 de California, que refleja fielmente la dinámica electoral de esta iniciativa. Considero que la Iniciativa 91 será aprobada por un escueto margen, quizás 53% contra 47%, y el apoyo aumentaría posteriormente.
Iniciativa 2 de Alaska: Probable aprobación
La Iniciativa 2 en Alaska se basa en las mejores prácticas de las experiencias en Washington y Colorado. El apoyo ha sido estable, aunque la contienda electoral será muy ajustada. La concurrencia a las urnas será alta debido a una disputada campaña para el Senado, lo cual podría debilitar las posibilidades de aprobación de la medida al atraer a los votantes “tradicionales”, en contraste con los votantes primerizos, jóvenes y urbanos que probablemente están más dispuestos a votar por el sí.
El apoyo, sin embargo, no se ha desvanecido y la iniciativa ha logrado un notable respaldo entre los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. En general, yo veo que será aprobada con un estrecho margen, similar al de Oregon, con bajas chances de que sea rechazada.
Iniciativa 71 del Distrito de Columbia: Fuerte aprobación
El apoyo para la “legalización suave” en la capital del país ha sido contundente, aunque las encuestas no concuerdan acerca del nivel general de apoyo. La encuesta más reciente, del Washington City Paper, arroja un 52% en favor de la legalización, la cifra más baja entre todas las encuestas disponibles. Mi pronóstico es que la medida será aprobada, y un margen del 55%-45% o 57%-43% no sería una sorpresa. De las tres iniciativas, esta es la que más posibilidad tiene de ser aprobada.
“La aprobación de la Iniciativa 71 se ve bien”, dijo Garret Reuscher, un coordinador de campus en D.C. para la agrupación Estudiantes por una Política Sensata de Drogas y uno de los organizadores de la Iniciativa 71. “En septiembre, el Washington Post publicó un margen de 2 a 1 entre los votantes de D.C. en favor de la I71, y su apoyo solo ha crecido, especialmente en los campus universitarios. El apoyo entre los votantes jóvenes es abrumador, y esos votos adicionales se podrán ver en los resultados del día de la elección”, dijo Reuscher al PanAm Post.
Enmienda 2 de Florida: Probable fracaso
La apuesta de legalizar la marihuana para uso terapéuticos es probable que fracase en Florida, lo que sería un pequeño retroceso en el impulso de la reforma. Los sondeos sobre esta medida, que necesita el 60% de los votos para ser aprobada, han estado por debajo del umbral necesario. No me sorprendería verla fracasar por un margen de 1 o 2 puntos porcentuales.
Si la medida es aprobada, podría sentar un precedente que aceleraría la expansión del cannabis medicinal en el sur de Estados Unidos. El intento más reciente en la región fue en 2012, cuando la Iniciativa 5 en Arkansas fracasó por menos de 31.000 votos.
Parece una buena elección para la reforma de la política sobre drogas, incluso si la iniciativa de Florida fracasa. Por lo menos dos de las iniciativas mencionadas anteriormente tiene posibilidades de ser aprobadas, entonces, ¿qué significará para el futuro de la legalización de la marihuana?
El éxito inspirará a los activistas a acelerar el cronograma para ponerle un final a la prohibición sobre la marihuana en Estados Unidos. Además, podría permitir que más legislaturas estatales vean el tema como una oportunidad para atraer a la gente a las urnas. Esta será la verdadera prueba de las elecciones de 2014. Si la reforma de la política sobre drogas logra atraer votos, aclarará el panorama futuro de la legalización a través de las legislaturas estatales, especialmente para los Estados que planifican medidas similares para después del 2016.
Podríamos estar ante un efecto dominó que presione a las legislaturas en los Estados, como por ejemplo en Nueva Inglaterra, a actuar antes de que los votantes los fuercen a hacerlo. Después de esta elección, sería sorprendente ver a Estados como Vermont, New Hampshire o Rhode Island convertirse en los primeros en terminar con la prohibición de la marihuana al este del Mississippi.
Estas elecciones quizás no sean las más importantes en lento proceso de ponerle un punto final a la prohibición, pero sí decidirá cuán rápido o cuán lento los defensores de la reforma se envalentonarán para acelerar el cronograma de la legalización Estado por Estado. Si más de una propuesta fracasa, el resultado no condenará las perspectivas de futuros intentos, pero forzará a los reformistas a adoptar un enfoque más comedido.
Veo estas elecciones con un cauto optimismo, pero los votantes son los que en última instancia decidirán el destino de los esfuerzos de la legalización este noviembre.