El pasado martes primero de agosto el pueblo de Cuba fue víctima, una vez más, del desprecio e irrespeto de sus gobernantes, pues sus sueños y esperanzas, ya moribundas, se vieron nuevamente frustradas. ¿Cuál fue el motivo?
Un artículo publicado en el periódico Granma, órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba titulado irónicamente, “Por la ruta de la actualización”, anunció la puesta en vigor, ese mismo día, de la Resolución No.31 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en la que se disponía una serie de medidas antipopulares encaminadas a restringir la actividad del trabajo por cuenta propia, a lo que PanAm Post no se hizo esperar y publicó una nota informativa donde muy bien se detallaban las mismas.
Como era de suponer, los medios de información masivas que en Cuba, sin excepción se encuentran al servicio de los mismos gobernantes asesinos de esperanzas; se dieron a la tarea de exaltar la “justeza” de las medidas adoptadas, algo así como de defender lo indefendible.
En cualquier otro país del planeta donde la libertad de expresión se respete, una medida como ésta de seguro hubiese provocado grandes manifestaciones populares, pero en Cuba, tristemente, la cosa es diferente. El pueblo cubano sufre en silencio su agonía y acepta pasivamente las injusticias más crueles de sus amos gobernantes, lo que no quiere decir en lo absoluto que las consienta. Sólo el cubano de a pie puede percibir ese sentimiento de inconformidad reprimido que aun en la mayoría del pueblo no traspasa las fronteras del corazón.
No obstante, y a sabiendas de lo difícil que resulta, decidí salir a las calles para traerles a ustedes lo más fiel posible lo que piensan y sienten, ahora mismo los cubanos respecto a las nuevas medidas adoptadas por el gobierno y a la pregunta de, “¿Qué piensa usted sobre las medidas del gobierno cubano adoptadas recientemente en relación al trabajo por cuenta propia?”, respondieron lo siguiente:
“La propiedad privada ha sido siempre y es, el principal enemigo de los gobernantes cubanos. No pueden aceptar que el cubano prospere por sí mismo, sólo ellos se sienten acreedores de la prosperidad y la opulencia”, comenta Onésimo Rosabal, chofer de camiones interprovinciales que abraza las ideas libertarias.
“Yo soy el dueño de esta cafetería. Mi esposa me dice que no tengo por qué preocuparme, pues según la resolución 31 se respetarían las licencias ya otorgadas, pero yo no creo en eso. Hoy se prohibieron la emisión de nuevas licencias, muy bien mañana podrían emitir otra resolución eliminando las existentes, pues aquí nunca se sabe lo que pueda suceder cuando de joder al pueblo se trata”.
“Para mí éste es un primer paso, el segundo será el de la puesta en vigor de otras leyes que obligarán a los dueños de paladares pequeñas como la mía a entregar las licencias y sólo se mantendrán las grandes paladares pertenecientes a los hijos, familiares y elegidos de los gobernantes, vivir para ver”.
“Soy una madre divorciada con dos hijos menores y vivo de un salario mensual de menos de USD $20 y eso no me alcanza ni para empezar. Recientemente falleció mi madre por lo que comencé los trámites para la legalización de la vivienda con la ilusión de que, una vez puesta a mi nombre, arrendar una habitación para así salir al fin de la miseria. Así que imagínese, qué le puedo decir…, esta nueva resolución que prohíbe la emisión de nuevas licencias para trabajar por cuenta propia, ha desgarrado mi corazón. Al parecer este es nuestro destino, vivir en la miseria”.
“Rento una habitación de mi casa y el negocio me va bien, pues tengo buena clientela de extranjeros. Antes, cuando trabajaba con el Estado, mis hijos no tenían ni zapatos que ponerse, ahora, gracias a Dios la cosa es diferente. Aunque la nueva ley, no afecta a las licencias existentes, no te niego que mañana también las quiten, ese es el comentario entre los arrendadores de viviendas”.
Ocho personas más fueron entrevistadas y todas respondieron dentro de este marco de opiniones lo que demuestra que no sólo los cubanos que han sido afectados por la nueva normativa, se sienten inconformes, si no, que además, los que quedaron fuera del alcance de la misma temen que mañana puedan ser víctimas de otra ley que asesina esperanzas.
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Por ejemplo, en mi caso particular, que vivo en habitaciones alquiladas, esta resolución también me afecta, pues al no concederse nuevas licencias de arrendamiento de habitaciones, los precios de alquileres tenderán a subir. Así como menos personas podrán ofrecer y solicitar el servicio.
En fin, estimado lector, menos posibilidades de subsistencia y consigo menos independencia, menos ofertas de productos y servicios y una subida importante de los precios, es el futuro que se vislumbra para los cubanos.
Como verán, aquí se hace lo que dicta el régimen. Imagina en tu país no poder arrendar el cuarto de tu casa porque el gobierno no te lo permite. No se trata de tener más o menos dinero, es que te priven de la libertad de hacer lo que te convenga con lo tuyo, privarte de brindarle un servicio a quien lo necesita y lo hace nada menos que un régimen que se enriquece a nuestras expensas, mientras nos empobrece, porque así nos conserva dependientes de que nos den lo que nos prohíben producir.
Hasta la próxima.