Hay un dicho muy popular en Cuba, que cuando viene a la mente; me aterra: ¨Lo que mal comienza, mal acaba¨. El caso es señores, que el comienzo del Gobierno cubano, ¡sí, el que tenemos hoy!, estuvo profundamente marcado por una ola de asesinatos y violencia.
Imagínense ustedes, que desde el mismo primer día (jueves 1ro de enero de 1959), en las elevaciones conocidas como Lomas de san Juan, en la Provincia de Santiago de Cuba, se cavaron las primeras fosas que cubrirían los cuerpos sin vidas de las víctimas de lo que fuera el primer fusilamiento masivo del Gobierno revolucionario en el poder.
El día 2 de enero, el legendario Ernesto Guevara ordenó en la Provincia de Santa Clara el fusilamiento de un numeroso grupo de militares derrotados sin habérseles hecho juicio alguno. Ya Fidel Castro, quien devendría en el dictador de mas tiempo en el Poder en la historia moderna, los había sentenciado unos días antes del triunfo: no puede haber perdón ni misericordia con los culpables.
Un solo pelotón, al mando del capitán Hernán Marks, fusiló a más de 70 personas. El día 12 de enero fueron fusilados en el valle de San Juan un número considerable de personas, las cuales fueron ubicadas una al lado de otra, de espaldas a una zanja que medía algo más de 40 metros de largo.

Saben quien ordenó esa matanza? Pues nada más y nada menos que el actual presidente de Cuba, el general Raúl Castro. Muchos de estos fusilamientos, sin juicio previo se realizaban en público, como lo fue la ejecución del Coronel García Olayón, en la Provincia de Santa Clara, ante cámaras de televisión.
Solo entre el 4 de enero y el 21 de noviembre de 1959, período en que Ernesto Guevara fue Jefe Militar de la Cabaña, hubo 1892 fusilados en los paredones de dicha fortaleza. Y así las cosas amigos, el inicio del Gobierno revolucionario cubano, el de la dinastía de los Castros, fue verdaderamente terrorífico. ¡Ojalá que la sentencia de este dicho popular no se haga realidad!
Les recomiendo leer el libro titulado Apuntes para una historia de la dictadura castrista, del autor Efrén Córdova. Se los recomiendo y les aseguro que vale la pena.
Hasta la próxima.