EnglishLos Derechos Naturales son todos aquellos cuyo ejercicio pleno garantiza la razón de ser de la existencia humana: el logro del progreso y la felicidad de todos.
Es por ello que la fuente creadora de los Derechos Naturales no puede ser otra que nuestra existencia misma; por lo cual, toda ley o acción del hombre que los limite, es incompatible con la naturaleza humana, y al acatar o permitir esas limitaciones estaríamos consumando un suicidio.
Los seres humanos fuimos dotados de facultades que nos hacen diferentes al resto de los seres vivientes que coexisten en el escenario de la vida, siendo las principales de todas la razón y la voluntad. Estas dos facultades rigen el ejercicio y el sentido de todas las demás.
Pero cuando la razón y la voluntad se encuentran sometidas a presiones externas, los seres humanos comienzan a deshumanizarse, y así, las sociedades humanas dejan de serlo para convertirse en sociedades de autómatas, frías e indiferentes.
Por tanto, el ingrediente indispensable y necesario para que estas facultades innatas y exclusivas de los seres humanos puedan manifestarse plenamente es la Libertad: Dios prefirió la traición y el pecado antes de privar al hombre del libre albedrío.
Quiere decir esto que el libre albedrío entraña, en sí mismo, la plena libertad del individuo, incluso, hasta de renunciar a ella, pero nunca, y bajo ninguna circunstancia, el ejercicio del libre albedrío de una persona puede interferir en el ejercicio de este mismo libre albedrío para los demás: desgraciadamente, señores, es precisamente esto lo que sucede hoy en Cuba.
El pueblo cubano sabe que sus dirigentes endiosados, los familiares de estos dirigentes y sus elegidos, viven ostentosamente, en contraste con su miserable e indigna vida
Es muy triste ver cómo los amantes de la Libertad en Cuba no sólo soportan el látigo de sus opresores, sino que también sufren la traición y la indiferencia de gran parte de sus hermanos del pueblo.
El pueblo cubano sabe que es esclavo, y que para mal subsistir tiene obligatoriamente que delinquir, con el temor perenne de tener que sufrir el rigor de la cárcel.
El pueblo cubano sabe muy bien que no puede expresar sus agonías, ni de reunirse y asociarse libremente, aun cuando se persiga el más noble de los fines.
El pueblo cubano sabe que sus dirigentes endiosados, los familiares de estos dirigentes, y sus elegidos, viven ostentosamente, en contraste con su miserable e indigna vida; y que aquellos no tienen que sufrir el dolor de ver a sus hijos llorar por hambre y las más diversas necesidades básicas.
El pueblo cubano sabe que las cárceles están hechas exclusivamente para ellos, y que cada calabozo policial ya tiene escrito sus nombres.
¿Acaso vale la pena abogar por la libertad y la felicidad de quienes prefieren la esclavitud y por ella son capaces de devorarte?
El pueblo cubano sabe que no tiene ninguna posibilidad de progresar y de vivir de una manera digna, pues hasta le está mutilado a los ciudadanos el derecho de crear con su ingenio y sacrificio sus propia empresas, y lo que es peor aún, forjar su propio destino.
¡El pueblo lo sabe, señores!
Sin embargo; a una sola señal de su amo, el mismo que les tortura y hace llorar a sus hijos, se lanzan feroces como Caín contra sus pacíficos hermanos, cuya única culpa es el deseo de querer ser libres y felices.
¿Acaso vale la pena abogar por la libertad y la felicidad de quienes prefieren la esclavitud y por ella son capaces de devorarte?
¡Coño!, si no tienes la disposición de ser libre, al menos no te interpongas con quienes sí lo desean.
Hambre, marginación, insomnios, cárceles, represión, y un inmenso sufrimiento por no poder hacer reír a sus hijos, es el precio que tiene que pagar quien decide ser libre en Cuba, además de vivir con el sabor amargo de sentirse traicionado por gran parte de su pueblo esclavizado.
Pero quien ha roto las cadenas del tirano, y probado el néctar de la Libertad, después de llorar a solas, respira profundo y continúa.
¡Adelante la Libertad!