1. Las alas este y oeste se deben a los dos presidentes “Roosevelt”
Theodore Roosevelt, primero, y Franklin Roosevelt, después, se enfocaron en las áreas de trabajo de la Casa Blanca, expandiendo la construcción con las llamadas Ala Este y Ala Oeste. Esta última contiene la famosa Oficina Oval. Pero la célebre oficina no se encontraba por entonces en su ubicación actual. Incendios y rediseños mediante, fue recién bajo Franklin Roosevelt que el espacio oficial de trabajo del presidente fue instalado en su presente locación.
La columnata a través de la cual el presidente se desplaza desde su casa al trabajo es llamada su “45 seconds commute” o “viaje de 45 segundos”.
2. La Casa Blanca fue uno de los primeros inmuebles adaptados para el uso de sillas de ruedas
A los 40 años de edad, Franklin Roosevelt contrajo poliomielitis, con lo que sus piernas quedaron paralizadas. Ello no le impidió ser elegido presidente de los Estados Unidos en cuatro oportunidades, aun cuando su discapacidad motora fue siempre objeto de un control de imagen extremadamente cuidadoso. Pero la Casa Blanca adaptó sus instalaciones de modo de habilitar su utilización para personas en sillas de ruedas, mediante el agregado de rampas y ascensores.
3. George Washington nunca pisó la Casa Blanca, ni siquiera como invitado
George Washington terminó su mandato en 1797 y murió en 1799, un año antes de que la construcción se completara, por lo que nunca puso un pie en la Casa Blanca. Es de hecho el único presidente de los Estados Unidos que no vivió en ella. El primer ocupante de la casa fue su sucesor, John Adams, que se mudó a la finca sobre el final de su presidencia.
4. Thomas Jefferson instaló en la Casa Blanca un Museo de artefactos indígenas
Thomas Jefferson fue un auténtico erudito en un amplio rango de disciplinas, a punto tal que cuando en 1962 el presidente John F. Kennedy recibió a los 49 ganadores del Premio Nobel de ese año llegó a decir: «Creo que esta es la colección más extraordinaria de talento y saber humano que jamás se haya reunido en la Casa Blanca —con la posible excepción de cuando Thomas Jefferson cenaba solo».
Desde la enología, en la que incursionó a partir de su estancia como diplomático en París, donde conoció el “sauterne”, a la arquitectura, en ejercicio de la cual agregó las columnatas que hoy conducen a las alas este y oeste, la curiosidad de Jefferson era prácticamente infinita. Así pues, imitando los “gabinetes de curiosidades” europeos a la moda, Jefferson instaló en el hall de entrada un museo de artefactos indígenas.
Desafortunadamente, si bien existen descripciones escritas de esta exhibición no se han conservado representaciones gráficas que nos ilustren acerca de la disposición concreta de los objetos.
5. El presidente Grover Cleveland contrajo matrimonio en el salón Azul
En la Casa Blanca se han celebrado algunas bodas, particularmente de hijos o parientes cercanos de los presidentes en ejercicio, pero solo una lo fue del propio presidente. Tal el caso de Grover Cleveland, quien en 1886 se casó con Frances Folsom, convirtiéndola con apenas 21 años en la primera dama más joven de la historia de los Estados Unidos.
Las ceremonias más recientes tuvieron lugar en el Jardín de Rosas. La última de ellas, en 2013, fue la de Pete Souza, quien fuera fotógrafo oficial de la Casa Blanca bajo los mandatos de Ronald Reagan y Barack Obama.
6. La Casa Blanca parece ser también el hogar de algunos espectros
El fantasma de Abraham Lincoln, por ejemplo, habría sido avistado en numerosas oportunidades en la Casa Blanca, incluso por personalidades como Winston Churchill o la reina Guillermina de Holanda.
La reina, por ejemplo, habría escuchado golpear a la puerta de su dormitorio por la noche, y al levantarse y abrir la puerta para responder se habría encontrado con el fantasma del extinto presidente portando su característico sombrero de copa, desmayándose inmediatamente del susto.
En cuanto al encuentro con Winston Churchill, la leyenda relata que saliendo el primer ministro de darse un baño y “vestido apenas con su típico cigarro” se habría encontrado con el fantasma de Lincoln plácidamente sentado junto al fuego del hogar de su habitación. Situación ante la cual el inglés habría respondido con su humor habitual: “Me encuentra usted en desventaja” o “Como estimo apreciará, el primer ministro inglés no tiene nada que ocultarle al presidente de Estados Unidos” (las versiones varían).
Como sea, lo cierto es que numerosos habitantes de la casa, incluyendo presidentes, primeras damas y miembros del staff han reportado apariciones misteriosas. Entre ellos, los propios presidentes Theodore Roosevelt y Harry Truman, así como la hija de este último, Margaret; también Maureen Reagan y su esposo (hija y yerno de Ronald Reagan), las primeras damas Lady Grace Coolidge y Eleanor Roosevelt y su secretaria Mary Eben, James Hagerty (secretario de prensa de Dwight Eisenhower), Liz Carpenter (secretaria de prensa de Lady Bird Johnson), Lilian Rogers Parks, cuyo relato de sus vivencias como personal de servicio de la casa puede encontrarse en su autobiografia titulada “Mis treinta años en la Casa Blanca”, y Tony Savoy, capataz de operaciones del inmueble.
Incluso algunos perros habrían tenido conductas extrañas con relación a ciertos cuartos de la casa. (entre ellos, el de Ronald Reagan)
7. Otro espectro que frecuentaría la residencia seria el del propietario de las tierras en que se edificó
Entre los múltiples espíritus que rondarían el edificio, se encuentra también el de David Burns, expropietario de las tierras sobre las cuales se asienta la Casa Blanca, vendidas al Gobierno Federal en 1791. Tal lo reportado por guardias de seguridad, periodistas o el propio valet personal de Franklin Roosevelt, Cesar Carrera. Todos ellos lo habrían escuchado identificarse como tal con una voz “proveniente del más allá”.
8. La Casa Blanca ha albergado mascotas inusuales
Aunque las mascotas más comunes de la casa han sido, previsiblemente, los perros, ya Jefferson había elegido en cambio un ruiseñor. Los Coolidge albergaron una mapache, a la que apodaron Rebecca, y el presidente Harrison dos zarigüeyas, a las que llamó Sr. Protección y Sr. Reciprocidad. Entre las mascotas más peligrosas, procede recordar a Herbert Hoover, que tuvo dos cocodrilos, y a Martin van Buren, que recibió un par de cachorros de tigre como regalo del Sultán de Omán.
En un ángulo más pacífico, el presidente Taft llevó a la Casa Blanca a sus propias vacas, Mooly Wolly primero y Pauline después, para poder disfrutar de leche fresca, en tanto que Woodrow Wilson incorporó un pequeño rebaño de ovejas para pastar por los jardines, gracias a lo cual no hubo que cortar el césped por un tiempo .
9. Entre los objetos notables de la casa se encuentra un piano con patas en forma de águila decorado con escenas de música indígena americana
En 1938 Theodore Steinway le regaló a Franklin Roosevelt un espectacular piano de cola procedente de la fábrica familiar.
El muralista Dunbar Beck ejecutó una decoración en oro sobre el lateral del instrumento, representativa de “cinco formas musicales nativas americanas”, a saber: una danza popular “de granero” de Nueva Inglaterra, el tañido de una guitarra por un cowboy solitario, un grupo bailando la danza conocida como Virginia reel, dos trabajadores de campo negros aplaudiendo y bailando, y una danza ceremonial india.
El escultor Albert Stewart, por su parte, talló las tres patas de caoba, doradas, en forma de águilas americanas.
10. El escritorio de la oficina oval esta hecho de tablas procedentes de un buque británico
El escritorio fue un regalo que la reina Victoria presentó en 1880 al presidente Rutherford Hayes. Realizado en roble, recibe la denominación de “Resolute Desk” ya que fue realizado a partir de tablas del buque británico H.M.S. Resolute. El panel tallado con el escudo de armas presidencial fue agregado a pedido de Franklin Roosevelt e instalado en 1945.
Pero la historia de este escritorio amerita un capítulo aparte.
Ampliaremos.