El Salvador está ad portas de convertirse en el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como su moneda oficial. En junio el Congreso salvadoreño, de mayoría oficialista, aprobó su legalización. La medida ha despertado el descontento de gran parte de la ciudadanía, que se ha manifestado en las calles. Pese a ello, el presidente Nayib Bukele ha defendido la iniciativa.
El mandatario ha expresado que la criptomoneda tiene un mercado de capitalización de 600.000 millones de dólares a nivel mundial. Esto favorecería la inversión extranjera, impulsar el consumo interno y reducir los costes en los envíos de remesas.
Para comenzar la aplicación de la criptodivisa, el gobierno salvadoreño estrenará una cartera digital llamada Chivo. Esta será compatible con otras propuestas en el mercado y no generará pago de tarifas o comisiones por las transacciones que ejecuten los usuarios. Por otra parte, para promover el uso de la moneda digital, la administración de Bukele ofrecerá 30 dólares en bitcoin a aquellos que inicien una cuenta en la plataforma.
Oposición al bitcoin
Contrarios al optimismo del gobierno, la mayoría de los salvadoreños no ven con buenos ojos la implementación de la criptodivisa. Así lo evidencian dos estudios principales. Una encuesta de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) arrojó que un 68 % de los encuestados estaba en desacuerdo con la oficialización del bitcoin. Asimismo, nueve de cada diez declararon no tener una comprensión clara de la criptodivisa.
Una tendencia similar registró un estudio de La Prensa Gráfica. En él, un 66 % de los participantes afirmó estar en contra de la medida, casi un 23 % a favor y el resto no se definió.
Por otra parte, expertos y organismos internacionales han cuestionado la aplicación oficial de la moneda virtual. El portavoz del FMI, Gerry Rice, advirtió que la iniciativa podría conllevar “riesgos significativos” para El Salvador. Del mismo modo, señaló que serán necesarias medidas efectivas regulatorias.
Si bien el encargado no profundizó en la postura de la entidad sobre esta materia, señaló que la aplicación del bitcoin “tiene una serie de cuestiones financieras y jurídicas que requieren de un análisis muy cuidadoso”.
Otros especialistas también advierten de las consecuencias que podría tener a mediano y largo plazo. Óscar Cabrera, economista de la Universidad de El Salvador, pronostica que el bitcoin tendrá un “impacto negativo” en la calidad de vida de los habitantes. Esto debido a la “alta volatilidad del precio de la cotización” y su incidencia en los precios de los bienes y servicios”.