Wu Huan, una joven china de 26 años, declaró que fue aprisionada durante ocho días en un centro de detención administrado por China en Dubái. La mujer explicó a The Associated Press que funcionarios coterráneos ingresaron a su hotel el 27 de mayo. Allí la interrogaron por supuestamente “actuar contra China”. Posteriormente, la detuvieron y enviaron a una villa convertida en cárcel en la misma ciudad.
La joven relató que al tercer día fue a visitarla un hombre que se presentó como Li Xuhang, quien figura como cónsul general en el sitio web del consulado chino en Dubái. Además, afirmó que en el recinto había al menos otras dos prisioneras pertenecientes a la minoría étnica uigur, a las que reconoció por su acento y apariencia.
Wu estaba huyendo para evitar la extradición a China, ya que su prometido es considerado un disidente del régimen, aclaró el medio estadounidense. El joven es perseguido por cuestionar la cobertura de los medios afines a Xi Jinping durante las protestas de Hong Kong en 2019.
En el hotel, la denunciante recibió amenazas en chino. Del mismo modo, explicó que la obligaron a firmar documentos legales que inculpaban a su futuro esposo por abuso. Finalmente la liberaron el 8 de junio. Su testimonio puede ser la primera evidencia de que China está operando un “sitio negro” fuera de su territorio.
“Sitios negros”
Los denominados “sitios negros” o “cárceles negras” son centros de detención ilegales en China, donde el régimen encarcela a sus detractores sin una orden judicial. Por lo general, suelen ser hoteles, asilos de ancianos y hospitales psiquiátricos estatales. De acuerdo con un informe de Human Rights Watch, la mayoría de los prisioneros son “peticionarios”, es decir, ciudadanos chinos que denuncian abusos por parte del gobierno local (desde apropiaciones ilegales de tierra hasta tortura policial).
Estos centros clandestinos son comunes en China, sin embargo, la denuncia de Wu Huan es el primer caso reportado fuera del gigante asiático. Yu-Jie Chen, profesora adjunta de la Academia Sinica de Taiwán, aseveró que desconocía la existencia de una cárcel secreta china en Dubái.
Además, declaró a Associated Press que los “sitios negros” en otros países serían muy inusuales. No obstante, señaló que esto evidenciaría los intentos del régimen de Xi Jinping por traer de regreso a los disidentes políticos.
La persecución a los uigures
Wu y su prometido, Wang Jingyu, no son uigures sino chinos han, la etnia mayoritaria en China. Al respecto, Chen aclaró que los uigures, —en su gran mayoría musulmanes— han sido particularmente perseguidos en el último tiempo. El régimen ordena su regreso a través de la firma de tratados de extradición, la revocación de visados o la presión a sus familias. Muchos de ellos han sido detenidos bajo sospecha de terrorismo, incluso por rezar.
El Proyecto de Derechos Humanos de los Uigures publicó un informe en el que da cuenta de 89 uigures arrestados o deportados de nueve países entre 1997 y 2007. Esa cifra aumentó considerablemente y ahora alcanza los 1327 detenidos en 20 países desde 2014 hasta la actualidad, según notificó la entidad.
Las incógnitas
The Associated Press no pudo confirmar ni desmentir la versión de Wu, tampoco fue capaz de identificar la ubicación exacta del “sitio negro”. Sin embargo, periodistas del mencionado medio lograron acceder a diversas pruebas que confirmarían su historia. Entre ellas, los sellos en su pasaporte, una grabación telefónica en la que un funcionario chino la interroga y mensajes de textos que envió desde la cárcel a un pastor que la apoyaba.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no hizo mención al caso concreto de Wu, ni tampoco declaró si existe un centro clandestino operado por China en Dubái. Por otra parte, Patrick Theros, ex embajador de EE.UU, quien es actualmente el asesor estratégico del Foro Internacional del Golfo, catalogó la denuncia de la joven como “totalmente fuera de lugar”. De la misma forma lo expresó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying: “La situación de la que habló la persona no es cierta”, señaló ante Associated Press.
Luego de ser liberada Wu se encontró con su prometido en Ucrania. Tras las amenazas de extradición por parte de la policía china, la pareja huyó nuevamente a Países Bajos en busca de asilo.