
Un oficial norcoreano de alto rango fue ejecutado por cuestionar la reciente “orden especial” del dictador Kim Jong-un de suministrar alimentos a la población. En esta oportunidad, se trató del general a cargo de la sede logística del campo de entrenamiento 815, quien afirmó que esta nueva medida “ignora la realidad”.
La crítica por parte del funcionario se dio luego que Kim Jong-un ordenara la repartición del arroz reservado en depósitos militares para combatir la hambruna que aqueja al país. Frente a esto, el comandante protestó que “los graneros enfrentan problemas más serios que el problema [de escasez] de alimentos que tiene la gente”. Estas declaraciones le costaron la vida.
Según informó Daily NK, al funcionario se le sometió a un consejo de guerra y lo fusilaron el 18 de julio. A su vez, el medio relató que dicha ejecución tenía como finalidad enviar la señal que “aquellos que desafíen abiertamente la política del partido no recibirán perdón, independientemente de quiénes sean”.
Su muerte se dio a conocer luego que las autoridades norcoreanas enviaran una notificación al alto mando militar informando de recientes “sentencias severas”. En el comunicado se afirmó que el oficial se quejó “de manera indiscreta” y que se convirtió en un miembro “sectario” dentro del Ejército.
Corea del Norte atraviesa una de sus peores crisis, registrando en 2020 su mayor caída económica desde la hambruna de la década de 1990. El COVID-19, los desastres naturales y las sanciones internacionales al régimen complican el escenario de Kim Jong-un.