El juego de favores entre mandatarios en América Latina sigue fortaleciéndose a medida que la balanza se inclina a favor de una u otra ideología. En sus inicios, el presidente argentino, Alberto Fernández, se había mantenido comedido en temas que involucrasen a la región, en primera instancia porque su mandato fue arropado por la pandemia.
Sin embargo, había puntos en los que a pesar de no brindar declaraciones sólidas, su accionar no dejaba espacio para interpretaciones. El caso del asilo político a Evo Morales tras las elecciones de Bolivia en 2019 fue uno de los episodios más significativos.
Sobre el tema de Venezuela y la pugna entre el Gobierno interino y el régimen de Nicolás Maduro, el mandatario argentino ha tomado una posición cada vez más clara en el sentido de favorecer a la tiranía venezolana.
Si bien en su etapa como candidato a la Presidencia tachaba el proceder del chavismo como autoritario, evitó meterse en aguas profundas. Ahora bien, en esta oportunidad, en el marco de una videoconferencia que mantuvo con el dirigente chileno y excandidato presidencial de ese país Marco Enríquez Ominami, Fernández le pidió al candidato proyectado por los medios como presidente de Estados Unidos, Joe Biden, “desterrar la idea de la intervención militar en Venezuela”.
El jefe de Estado argentino se decantó por un discurso que hace guiños a las propuestas de Nicolás Maduro y sus personeros para seguir atornillados al poder: el llamado a la mesa de negociación.
Asimismo, en declaraciones recogidas por Telám, Fernández marcó distancia del Gobierno interino de Venezuela y exigió a Biden “ayudar a Venezuela a encontrar un canal de diálogo para que toda Venezuela se reencuentre y los venezolanos resuelvan su futuro como corresponde y no inventando presidentes itinerantes que andan por el mundo, que es lo que ha pasado a instancias del gobierno norteamericano”.
Fernández esboza desde ya una política en la región sin la presencia de Trump. Ya tachó el proceder del presidente estadounidense como muy intervencionista y por eso aboga porque su contendiente demócrata llegue al poder.
“No tengo muy en claro cómo va a terminar siendo la política exterior de Biden para con América Latina, pero descarto que definitivamente va a ser mejor que la de Trump (…) Vamos a tener un mejor vínculo con Estados Unidos, básicamente porque es difícil tener un peor vínculo”, cerró el mandatario.