El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se ha puesto voluntariamente en cuarentena. Aunque no presenta síntomas, estuvo en contacto con una persona que había dado positivo para coronavirus.
La información la dio a conocer el propio representante de la OMS, a través de su cuenta en Twitter. Indicó que seguirá los protocolos que establece el organismo que representa con el objetivo de “romper la cadena de transmisión de COVID-19, suprimir el virus y proteger el sistema de salud”.
De la misma forma, Ghebreyesus recalcó que esta es una medida de precaución ante el contacto que tuvo con la persona infectada. Agregó que”estoy bien y no tengo síntomas, pero observaré una cuarentena en los próximos días, de acuerdo con los protocolos de la @WHO (por sus siglas en inglés) y trabajo desde casa”.
My @WHO colleagues and I will continue to engage with partners in solidarity to save lives and protect the vulnerable. Together!
— Tedros Adhanom Ghebreyesus (@DrTedros) November 1, 2020
Contagios por COVID-19 siguen en aumento progresivo
El coronavirus ha infectado a más de 46 millones de personas en el mundo, desde que surgió en China a fines del año pasado. Hasta los momentos 1.2 millones de personas han fallecido por esta causa.
Varios líderes mundiales han contraído la enfermedad y se han recuperado de manera paulatina. Entre estas figuras estuvo el presidente Donald Trump, así como su par brasileño, Jair Bolsonaro. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson también estuvo recluido en observación tras ser afectado por esta enfermedad.
Actualmente Europa atraviesa una segunda ola de contagio por COVID-19. España, el país principalmente perjudicado en este rebrote, ha tenido un rebrote de coronavirus que obligó al Gobierno a dictar un nuevo estado de alarma de seis meses. Un paso que devuelve a la ciudadanía a los amargos comienzos de 2020.
La nueva ola de contagios en Europa, sumado a los casos de “recontagiados”, es decir aquellos sujetos inmunes después de haber padecido la enfermedad, pero que se mantienen a salvo apenas por un par de meses, son claros síntomas de que el virus podrá convivir en la sociedad con tranquilidad, aun cuando la vacuna llegue a repotenciarse.