El buque iraní “Forest“, uno de los cargueros que salieron en agosto desde Teherán con combustible para Venezuela, arribó este lunes a costas caribeñas. Este barco trae parte del tercer cargamento que envía el régimen de Hasán Rohaní para “darle oxígeno” a la tiranía de Nicolás Maduro.
De acuerdo con Bloomberg, el carguero ingresó a aguas venezolanas y estaría en camino a la refinería El Palito, ubicada en el estado Falcón, con una porción de los 820 000 barriles de gasolina destinados para el país.
Tras la llegada de “Forest”, se espera el arribo de los tanqueros “Fortune” y Faxon”.
Dichos barcos petroleros destinados a realizar este envío recurrieron a diversas tácticas para evitar su rastreo, así como una nueva confiscación por parte del Gobierno estadounidense.
Varios medios de comunicación reseñaron que parte de las estrategias para llegar a costas venezolanas fue navegar varios tramos con dispositivos de ubicación apagados y dividirse en rutas distintas de navegación.
La incógnita sobre el pago de estos cargueros fue respondida esta semana. El mayor general Seyyed Yahya Safavi, asistente y Alto Consejero del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de Irán, reveló a la agencia Mehr que el país recibió el pago en oro por el apoyo que la nación árabe ha dado a Venezuela.
«Dimos gasolina a Venezuela y recibimos lingotes de oro y trajimos el oro con aviones a Irán para evitar cualquier incidente durante el tránsito», dijo el militar.
La pulseada por evadir las sanciones de Estados Unidos
Los envíos de combustible desde Irán a Venezuela han sido objeto de seguimiento por parte de Estados Unidos, nación que dictaminó sanciones para ambos países.
Esta práctica que pretende evadir las restricciones impuestas por la administración del presidente Donald Trump inició en mayo con la llegada de cinco buques a costas venezolanas. El contenido total del cargamento ascendía a casi 1.5 millones de barriles de combustible iraní en aquel momento.
Posteriormente, en agosto el régimen de Hasán Rohaní intentó llevar a cabo la misma operación, esta vez con cuatro buques y un cargamento de 1.1 millones de barriles de gasolina que fue confiscado por Estados Unidos.
El decomiso del combustible fue hecho bajo el argumento de que en esta transacción se beneficiaría a la Guardia Revolucionaria de la teocracia islámica, una organización designada como terrorista por Estados Unidos.
La escasez de gasolina en Venezuela, un polvorín por estallar
La situación actual de los venezolanos sigue en detrimento con el pasar de los días. La falta de combustible en el país ha hecho que miles de personas deban pasar días y hasta semanas en colas para surtirse de este recurso.
Quienes optan por comprar la gasolina por otros medios pueden conseguirla a un precio de cinco o seis dólares por litro.
La venta de combustible a estos precios supone una perversión económica, debido a que actualmente el salario mínimo de un trabajador promedio se encuentra entre uno y dos dólares mensuales, dependiendo de cómo se coticen los mercados oficial y paralelo.
Si bien el régimen de Nicolás Maduro ha tratado de invisibilizar este problema o simplemente optar por culpar a Estados Unidos de la situación que vive el país sudamericano; la falta de combustible —que ha detonado varias protestas en estados del interior de Venezuela— sumado a la creciente ola de contagios por COVID-19, ha dejado en evidencia una industria petrolera echa añicos y un sistema sanitario colapsado en revolución.