Este solo será el abrebocas. Una serie de dudas empañan no solo a la anterior administración de la Alcaldía Local de Chapinero, sino también a la actual, encabezada por Óscar Ramos, por su posible silencio frente a hechos de corrupción de los que tiene conocimiento desde finales de abril, y a la Secretaría de Gobierno por su posible presión a favor de terceros.
Hay micrófonos puestos, al parecer, por exigencia del anterior alcalde, Hernando Quintero, y que fueron encontrados, tanto en el vehículo, como en el despacho principal del actual alcalde. Más de treinta expedientes que habrían sido sacados de la Alcaldía Local sin los permisos correspondientes por una persona cercana al exalcalde Quintero, varios de ellos no habrían vuelto al archivo de la Alcaldía, y son justo los que están relacionados con hechos irregulares en la Zona T.
Pero la cosa empeora. Desde la Secretaria de Gobierno, en cabeza del Luis Ernesto Gómez, presuntamente se le habría pedido al alcalde Óscar Ramos no indagar justamente en los casos cuyos expedientes deberían estar en la Alcaldía Local, pero que, al parecer, están extraviados.
Si esto es así, ¿por qué el alcalde local Óscar Ramos, quien dice defender el “no todo vale” y quien desde hace aproximadamente diez años apoya en su carrera política a Claudia López, no ha realizado las respectivas denuncias por los micrófonos, los expedientes extraviados y la presión ejercida desde la Secretaría de Gobierno de Bogotá? ¿Por qué era necesario sacar de la Alcaldía Local los expedientes de los casos de la Zona T? ¿Dónde estuvieron los mismos? ¿Qué medidas tomó el alcalde Óscar Ramos tras enterarse de que una persona cercana al exalcalde Quintero sacó de la Alcaldía varios archivos?
¿Dónde está esa lucha contra la corrupción que es bandera de la actual administración distrital?
¿La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, tenía conocimiento de estas irregularidades?
Y más allá, ¿por qué no investigar a fondo los contratos celebrados por la anterior administración?, pues, al parecer, el dinero que durante cuatro años pagaron los bogotanos para mantener funcionando su ciudad, fueron invertidos en millonarios viajes.
Si se comprueba que hubo un encubrimiento por parte de la Alcaldía Local de Chapinero sobre los casos de la Zona T, ¿esto sería un modus operandi de las dos últimas administraciones de Bogotá? Pues habría sido desde la Secretaría de Gobierno que se habría dado la orden para mantener silencio frente a estos casos.
No está de más hacer estas preguntas. Como ciudadano tengo el derecho de hacerlas y la Alcaldía de Bogotá en obligación de responderlas.