El exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, intenta retomar el liderazgo que meses atrás tenía en la carrera presidencial por Colombia. Sin embargo, en la mayoría de las encuestas no logra superar el tercer lugar, separado del segundo lugar hasta por 15 puntos. Esto dejaría ver, por el momento, que no tiene oportunidades de llegar a la segunda vuelta.
Pero ¿qué ha ocasionado esa caída? ¿No ha sido suficiente su travesía por el país y los debates a los que ha asistido y las alianzas que ha sellado? Para varios analistas son dos los factores que ocasionaron la caída de Fajardo en las encuestas: 1. su falta de firmeza frente a temas cruciales del país y 2. su alianza con uno de los sectores más radicales de la izquierda colombiana, Jorge Enrique Robledo.
1. La tibieza como estrategia
Javier Garay, docente y especialista en desarrollo económico, afirma que esa imagen construida por Fajardo, “supuestamente de intelectual, de académico, de profesor”, “le costó esa imagen de tibio”, pero, añade, “su tibieza puede deberse no a que, como todo académico prefiere no dar respuestas absolutas, sino a que desconoce gran parte de los temas”.
Alejandra Ramírez, analista política, señala que aunque la actitud de Fajardo “responde a una estrategia política de no tomar partido tajantemente frente algunos temas y tener como bandera la educación, hace que él sea la única opción de centro”, dicha actitud lo hace ver ante el electorado como “una figura con poco liderazgo”.
Camilo Bello, consultor político, afirma que Fajardo se ha centrado en el “discurso de las buenas prácticas en la política y no en principios o a una determinada ideología”, lo que ha dejado un “vacío ideológico” que lo ha hecho cometer varios errores. Además, resalta que su estrategia de ubicarse en el centro no le dio resultado, pues “no logró consolidar el voto de izquierda ni el de opinión que le apostaba al proceso de paz”, pues esos ya fueron tomados por Vargas y de La Calle.
Sin embargo, para Daniel Salamanca Pérez, abogado y docente, “es absurdo afirmar que Fajardo no ha tomado el toro por los cuernos. El tono de Fajardo es contrario al resto de los candidatos, un tono serio que deja ver su preocupación por los temas centrales del país”.
2. Fajardo, las alianzas y su incoherencia
Aunque Fajardo ha intentado vender la imagen de un político de centro, con algunas de sus alianzas ha dejado ver una tendencia a la centro-izquierda, pues su fórmula vicepresidencial está ubicada en este espectro político y su coequipero, Jorge Enrique Robledo, pertenece a la izquierda más radical del país, que por disputas de poder decidió no respaldar a Petro.
Entre otras cosas, deja ver un halo de incoherencia, pues las políticas que Robledo ha defendido a lo largo de su carrera discrepan con las de Fajardo. Y, al parecer, la influencia del político de izquierda ya empieza a surgir efecto en varias de sus propuestas. Una de ellas es que hace unos meses defendía el programa Ser Pilo Paga, y hoy en día, al igual que Robledo, afirma que lo desmontaría.
No obstante, Salamanca afirma que “el hecho de que se haya unido con Robledo, López y Mockus muestra que es una persona capaz de conciliar diferentes posturas en un país tan proclive a radicalizarse”. Además, señala que Robledo apoye un proyecto “de estirpe liberal clásica, demuestra la capacidad que tiene Fajardo de ponerle cabeza fría a los problemas serios que tiene el país”.
Mientras que para Garay afirma la alianza con Robledo “es incoherente e impresentable… de todas las alianzas, esta es la que más me parece le hizo perder puntos y le restó coherencia a todo el proyecto político”. Añade que la alianza entre Fajardo, Robledo, López y Mockus no fue realmente fructífera, pues “todos los aliados llamaron al mismo tipo de votante”.
Para Bello, con la alianza realizada por Fajardo, este intenta “corregir su falta ideológica” e intenta construir “un discurso de izquierda moderada de la mano de lo políticamente correcto”. Adicionalmente, afirma que teniendo en cuenta que “Robledo representa posturas que Fajardo y su movimiento han rechazado anteriormente”, la alianza resulta incoherente, sin embargo, el título de mejor senador de Colombia pesa más para los ciudadanos que sus objetivos de “afectar la iniciativa privada”.
¿Llegará a la segunda vuelta?
Pero ¿qué tan posible es que Fajardo llegue a segunda vuelta?
Ramírez piensa que Fajardo no pasaría, “pues la realidad del país y los dinamismos sociales apuntan a buscar un líder que esté al frente de temas inconclusos y problemas que necesitan solución inmediata, y para ello se busca alguien que tome posiciones claras, como Petro o Duque”.
Lo mismo cree Bello, “esa intención de izquierda moderada no basta para lograr el apoyo de sindicatos y caciques de izquierda tradicional que prefieren apoyar a Petro”.
Entonces, debido a que las probabilidades de que Fajardo pase a una segunda vuelta no se muestran favorables, ¿sería posible ver a Fajardo respaldando a Duque o a Petro, o quizá a Vargas Lleras? Este es un dilema al que tendría que enfrentarse no solo el candidato, pues se vería obligado a consultar con sus compañeros de alianza, que posiblemente lo presionarían por, en un escenario Duque-Petro, optar por dejar en libertad a sus electores o promover el voto en blanco. Y en un escenario con Vargas Lleras podrían optar por respaldarlo debido a la continuidad que este representa en el tema del proceso de paz.
Esta nota hace parte de una serie de cuatro entradas sobre los principales candidatos presidenciales de Colombia (Vargas Lleras, Duque, Petro y Fajardo).