No es la primera vez que Germán Vargas Lleras se presenta como candidato a la presidencia de Colombia. En 2010 lo intentó por primera vez, y aunque no pasó a segunda vuelta, ocupó el tercer lugar con 1.473.627 de votos, superando por 142.360 votos a Gustavo Petro, quien ocupó el cuarto lugar.
Hoy, Vargas tiene el reto de quitarle el segundo lugar a Petro si quiere pasar a segunda vuelta, lo cual parece difícil, pese a la maquinaria electoral que posee.
Resulta irónico que quien fuera el superministro (2010-2013) y vicepresidente (2014-2017) del Gobierno Santos, y quien manejó parte de la chequera del Estado a su antojo, ocupe hoy el cuarto lugar en la mayoría de las encuestas.
Pero ¿qué pasaría si su maquinaría decidiera ponerse a trabajar en serio? ¿Lograría pasar a una segunda vuelta? Frente a estas cuestiones decidimos consultar a varios analistas políticos y abordamos con ellos un posible escenario de Vargas en segunda vuelta.
¿Vargas Lleras en segunda vuelta?
Daniel Salamanca Pérez, abogado y analista, afirma que “Preguntarse por una presencia de Vargas en segunda vuelta implica tomar una posición frente a los resultados de las encuestadoras”. Para Salamanca, o las encuestadoras mienten o están haciendo mal su trabajo, o el candidato “realmente no tiene el caudal electoral necesario”, opción por la cual se inclina el analista.
A la misma pregunta Javier Garay, especialista en desarrollo económico, afirma que una de las razones por las que Vargas estaría mal posicionado es porque “su imagen está tan golpeada en el voto de opinión y en las grandes ciudades (en donde se concentra la mayor proporción de los votantes), que es muy difícil que pase a segunda vuelta”.
Por su parte, Alejandra Ramírez, analista política, señaló que Vargas no llegaría a una segunda vuelta debido a que “en la presente contienda electoral, es el voto de opinión el que más valor tiene” por el descontento de los ciudadanos frente a “la politiquería”, la cual muchos ven representada en el exvicepresidente.
La maquinaria electoral de Vargas
A diferencia de lo afirmado por los otros analistas, Camilo Bello, consultor político, no descarta verlo en segunda vuelta debido a que “Es el mejor candidato en cuanto a alianzas se refiere”, y recordó el respaldo de los barones electorales del Atlántico, Bolívar, Santander, Valle y Bogotá, además de contar con buena parte del voto cristiano, antes del uribismo, y de tener el respaldado de Cambio Radical (CR), la U y congresistas conservadores.
Es esta maquinaria lo que caracteriza a Vargas y la que en el pasado ha sido decisiva en elección presidenciales y legistalivas, por eso es de extrañar que el candidato no repunte. Sin embargo, una de las posibles razones es que Vargas decidió durante los dos primeros meses de 2018 concentrar su maquinaria en las elecciones al Congreso, para así lograr fortalecer la bancada de su partido CR, objetivo que alcanzó, pues pasó de tener 24 congresistas (2014) a 46.
Frente al tema de la maquinaria, Ramírez afirmó que “los resultados del voto amarrado en ejercicios electorales pasados, no supera los dos millones, cantidad que no le alcanzaría para pasar a segunda vuelta”. Garay, por su parte, señaló que si Vargas logra pasar a una segunda vuelta es porque “las maquinarias tienen un poder inmenso no solo en zonas rurales, sino también en las urbanas”.
A esa maquinaria habría que sumarle el escaso poder que aún tiene Santos (el 80 % de la población desaprueba su gestión y ha perdido fuerza en el Congreso y en las regiones), quién estaría dispuesto a apoyar al candidato que proteja los acuerdos con las FARC y quien tiene las mejores posibilidades de “proteger su legado” es Vargas, afirma Ramírez.
Por su parte, Bello señala que varios de los partidos afines a Santos ya se adhirieron a la campaña del exvicepresidente. Sin embargo, Garay piensa que es más probable que Santos mueva lo poco que le queda a favor “del golpeado Humberto de La Calle”.
¿La izquierda y la centro-izquierda con Vargas?
Pero si la maquinaría de Vargas es aceitada y logra ponerlo en una segunda vuelta frente a Duque, ¿qué haría la izquierda y la centro-izquierda? Ya sin candidato solo les quedarían tres opciones: promover el voto en blanco, opción por la que estarían inclinados, según lo afirmado por Salamanca; apoyar a Vargas para derrotar al uribismo, como ocurrió en 2014 cuando respaldaron a Santos; o dejar en libertad a sus votantes.
Si Vargas-Duque llega a ser el escenario en segunda vuelta, las principales banderas que se ondearía serían las del uribismo y antiuribismo, polarizando aún más al país. Para Bello “la izquierda y centro-izquierda tienen en común la oposición al expresidente Uribe, lo que será determinante para apoyar a Vargas”.
Garay no duda que “la mayoría” de la izquierda y centro-izquierda “se iría por Vargas”, y que no sería raro ver a la Alianza Verde y al Polo Democrático impulsando la candidatura del exvicepresidente. Pero vería a los progresistas (afines a Petro) más cerca de promover el voto en blanco.
Bello y Salamanca coinciden en que Humberto de La Calle sería el único de los candidatos de izquierda y centro-izquierda que estaría dispuesto a apoyar públicamente a Vargas en una segunda vuelta si el el otro candidato es Duque, esto lo haría con el único objetivo de proteger los acuerdos de paz.
El Centro Democrático y el presidente Vargas
Según Bello, el triunfo de Vargas en segunda vuelta estará marcado “por la capacidad que tengan los caciques de endosar su caudal electoral” y por la fuerza que los antiuribistas tengan para imponer su discurso en la opinión pública.
No obstante, Bello también afirma que no hay que dejar de lado que Duque “desde hace más de un año ha estado recorriendo el país, logrando ganar reconocimiento y seriedad en su candidatura. Además, el sentimiento de rechazo generado en el plebiscito está vigente”.
Pero en el caso de que el antiuribismo y la maquinaria le dieran el triunfo a Vargas en segunda vuelta, ¿qué haría el Centro Democrático (CD), uno de los partidos con mayor presencia en el Congreso? ¿Se sumaría a una coalición de Gobierno?
Para Garay, el complejo pasado del uribismo con Vargas no le permitiría al CD entrar en una coalición, sin embargo, “seguramente compartirían espacio en diversas iniciativas”, posición con la que coincide Bello.
Salamanca y Ramírez piensan lo contrario, y creen que el uribismo estaría dispuesto a hacer una coalición. Existe una “afinidad ideológica que tienen ambos partidos”, pues “tanto CR como el CD representan las propuestas de derecha”, afirma Ramírez.
Es posible que el CD, de llegar Vargas a la presidencia, decida respaldarlo en varias de sus iniciativas. Sin embargo, tendrán algunas diferencias relacionadas con el acuerdo Santos-FARC, pues el triunfo de Vargas significaría una decisión de los colombianos por mantener los acuerdos, algo a lo que él se ha comprometido, mientras que el interés del uribismo es modificarlos.
La parte económica es la que acerca a Vargas y al uribismo, por lo que sería posible una alianza por debajo de la mesa. Además, no entrar a la coalición de un Gobierno Vargas le permitiría al uribismo mantener una distancia de este, lo cual podría ser una ventaja en las elecciones de 2022.
Solo si la maquinaria funciona
Pero todo lo anterior solo será posible si las alianzas que Vargas ha realizado logran dar frutos tanto en las regiones, donde Petro y Duque llevan la delantera, como en las grades capitales. Tal como lo afirma Bello, “Las elecciones en Colombia se mueven mayoritariamente por clientelas y votos propios de los políticos, si estos caciques son capaces de transferir ese poder a Vargas, este no solo llegaría a segunda vuelta, sino que tendría las más altas probabilidades de ganar”.
Vargas no podrá conformarse con esperar a que su maquinaria funcione, tendrá que conquistar parte del voto de opinión antes del 27 de mayo, cuando se llevará a cabo la primera vuelta. Es aquí donde tendrá que concentrar gran parte de su fuerza para lograr pasar a segunda vuelta.
Aunque Vargas logró obtener la bancada legislativa que quería, ya han pasado dos meses de las elecciones al Congreso y su nombre aún no toma fuerza, y aunque, como bien afirma Ramírez, “en las encuestas no se puede medir la llamada maquinaria”, este rezago hace que surjan varias hipótesis: 1) la pésima imagen de aprobación de Santos se está extrapolando a la candidatura de Vargas; 2) su maquinaria política no está comprometida; 3) su imagen se ha visto afectada por varios incidentes: su estado de salud, la agresión a su guardaespaldas, congresistas de CR involucrados en corrupción; 4) todas las anteriores o 5) que su maquinaria tenga como estrategia actuar a último momento para anotar un gol de oro.
Esta nota hace parte de una serie de cuatro entradas sobre los principales candidatos presidenciales de Colombia (Vargas Lleras, Duque, Petro y Fajardo).