Huyen de la pobreza, de la violencia, de la brutal desesperanza en la que viven en su país. Algunos, lo poco que tenían lo han perdido por desastres naturales. No tienen expectativas.
Buscan un mejor futuro, a costa de un tortuoso y peligroso camino. Los gobiernos en sus respectivos países no les garantizan una vida digna pero hasta qué punto otro país tiene la obligación de recibirlos y la capacidad de soportar una migración masiva sin que esto represente un colapso.
Las imágenes son fuertes, duelen a pesar de todo.
Son migrantes, sueñan con llegar a Estados Unidos. Pero buscan entrar ilegalmente a Guatemala y a México. Rompen normas y violentan la soberanía de ambas naciones. Se instalan en retenes y en tiempos de pandemia el problema se complicó. Se detectaron por lo menos 20 casos positivos de COVID-19.
La primera caravana de migrantes de 2021 salió el viernes 15 de enero,de San Pedro Sula, Honduras. Su meta: Estados Unidos. Tienen esperanzas que con el nuevo gobierno de Joe Biden las cosas serán más fáciles y podrán entrar a ese país. Lo dicen de manera festiva en las entrevistas.
“Creemos que el nuevo presidente nos dejará pasar, Dios nos ayude”.
El presidente número 46 de Estados Unidos ha prometido adoptar un enfoque diferente a la política migratoria de Donald Trump. Ha dicho que durante los primeros meses de su gobierno enviará al congreso su reforma migratoria.
Contempla un plan de asistencia por 4000 millones de dólares para enfrentar la pobreza e inseguridad y evitar la migración de países como Guatemala, Honduras y El Salvador,
Plantea que los migrantes que tengan por lo menos cinco años viviendo en Estados Unidos sean candidatos para obtener la residencia legal, siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos, como antecedentes limpios, pago de impuesto, por ejemplo.
Lo que no se prevé es la apertura de fronteras, por lo menos no a corto plazo. El cambio de política migratoria tendrá beneficios para algunos, no hay claridad de que habrá entrada para cualquiera que pretenda emigrar de manera ilegal a Estados Unidos. Implementar una política migratoria “populista” y permitir el ingreso masivo de migrantes podría colapsar sistemas de salud, educación, seguridad, servicios y otros, en detrimento de los ciudadanos estadounidenses.
En busca del “sueño americano”
Los migrantes, en su mayoría hondureños, llegaron en la noche del viernes a Guatemala. El lunes, los caminantes chocaron con la policía y el ejército guatemalteco que intentaron dispersarlos por la fuerza —se calcula alrededor de 5000—. El grupo ha ido disminuyendo por el cansancio y cientos han aceptado el apoyo para regresar a su país.
La policía antidisturbios y los militares de Guatemala lanzaron gas lacrimógeno para frenarlos. Ante la insistencia, los recibieron a golpes y palazos. En la caravana hay niños, mujeres y personas mayores. Ellos lanzan piedras para poder escapar de la policía, para seguir su camino y cumplir su “sueño americano”.
Si logran avanzar, en las próximas horas estarán en la frontera con México.
Pero México ya está preparado. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador no permitirá el ingreso ilegal. La frontera sur está reforzada con elementos de la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la Marina. También se han instalado 500 agentes migratorios.
La policía, los militares y marinos custodian el Puente Internacional Rodolfo Flores, principal ruta legal en el sur de México para los migrantes. Otros grupos están en la ribera del río Suchiate, que divide a México con Guatemala. Están equipados con antimotines para impedir que crucen de manera ilegal a este país.
También se encuentra personal de la Secretaría de Salud para salvaguardar la integridad de los migrantes. Los casos de COVID-19 no solo ponen en riesgo la vida de los migrantes, también de los mexicanos.
Nuestros socios mexicanos se encuentran listos para garantizar una migración legal, segura y ordenada, con apego a los protocolos de salud pública. Agradezco personalmente a @INAMI_mx,@GN_MEXICO_ , @SEDENAmx y @SEMAR_mx por ayudar a evitar una crisis de salud pública. https://t.co/tkoY9b3vLh
— Embajada EU en Mex (@USEmbassyMEX) January 16, 2021
El objetivo del gobierno de López Obrador es que toda persona que entre al país deberá hacerlo de manera legal y tendrá que ser revisado por las autoridades sanitarias. Titánica y casi imposible tarea.
En octubre pasado la administración de AMLO advirtió que habría prisión de hasta 10 años para los migrantes centroamericanos que ingresen al país violando leyes sanitarias, como parte de las medidas para evitar la propagación del coronavirus.
México y Guatemala frenaron el paso de migrantes
Con Donald Trump, los gobiernos de Guatemala y México blindaron sus fronteras para evitar el paso de los migrantes que pretendían llegar a Estados Unidos. O lo hacían o había represalias económicas del país más poderoso del mundo.
A mediados de 2019, luego de varias caravanas de centroamericanos, Donald Trump advirtió al gobierno mexicano que si no detenía el flujo de migrantes, le impondría aranceles a sus productos. México de inmediato selló la frontera sur.
Hace unos días, Trump volvió a agradecer el despliegue de 27000 policías que dispuso México, para contener el paso de migrantes hacia su país.
“Quiero agradecer al gran presidente de México. Él es un gran caballero, un amigo mío. El presidente López Obrador, es un hombre que realmente sabe lo que está pasando. Ama a su país y también ama a Estados Unidos, quiero agradecerle por su amistad y su relación profesional de trabajo”, dijo Trump el 12 de enero en Álamo, Texas.
Cuando inició su gobierno, AMLO prometió una “política migratoria más humanitaria” a los centroamericanos. Incluso se ofreció a darles empleo y visas.
Los primeros días de enero de 2019 entregó más de 13000 tarjetas de residente por motivos humanitarios. Días después las cosas cambiaron y el presidente López Obrador reforzó la vigilancia en la frontera sur ante la presión de Trump.
En su conferencia mañanera de este lunes, AMLO dijo que no habrá cambios en su política migratoria.
“En el caso de los migrantes, los que están en tránsito que se les ofrezca una opción, una alternativa, nada más que ordenada, de conformidad con las leyes migratorias de cada país, que no sea por la fuerza. Además, que tomen en cuenta la situación que se está viviendo en lo sanitario, es decir, por la pandemia y también que se proteja a los niños porque vienen muchos niños y niñas”.
Biden no cumplió cuando fue vicepresidente
López Obrador recordó que el tema migratorio lo trató con Joe Biden cuando era vicepresidente y AMLO candidato al gobierno de México:
“Él me dice que van a llevar a cabo una reforma migratoria en Estados Unidos, en ese entonces me dice que lo va a hacer en el segundo periodo del presidente Obama. Eso no sucedió, o sea, se ofreció a que iba a haber esa reforma migratoria y no la llevaron a cabo. Pero ahora en la campaña, él ofreció llevar a cabo una reforma migratoria y yo espero que se cumpla con ese ofrecimiento, con ese compromiso”, comentó el mandatario mexicano.
Es probable que en pocas horas lleguen los migrantes a la frontera con México. Ante su accidentado camino, los espera otro gran reto, la fuerza de las autoridades mexicanas.
En Guatemala se les reprimió con rudeza. Esperemos a ver que ocurre en México sin la presión de Donald Trump sobre López Obrador.