
El desafío obliga. Lo que parecía imposible se hizo realidad. Acérrimos rivales y opositores de antaño se unieron para enfrentar a Morena, el partido del presidente de México, en las elecciones de 2021.
Un acuerdo, quizá impensable, fue celebrado por tres de los principales partidos políticos mexicanos: el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) harán coalición y llevarán a cabo una alianza electoral frente a los comicios más importantes del país.
Se renovarán 500 diputaciones de la Cámara Baja, 15 gubernaturas, 30 congresos locales, 1 900 ayuntamientos y juntas presidenciales. Más de 21000 cargos de elección popular estarán en juego el 6 de junio del próximo año.
La única opción “posible” para hacerle frente a Morena es la unión. No hay manera de competirle por separado. El nivel de aceptación nacional del presidente López Obrador favorece a cualquier candidato de su partido, por muy impresentable que parezca.
Una encuesta reciente elaborada por (GEA-ISA) arrojó que la intención de voto por Morena en 2021 sería de 30 %, 17 % para el PRI, 13 % para el PAN, 10 % para otros partidos mientras que el 30 % restante no está definido.
Si se hacen las cuentas, la alianza opositora tendría alguna posibilidad. El problema es que este acuerdo no se ha concretado en todos los estados. En efecto, hay entidades donde los partidos de oposición consideran que pueden ganarle a Morena sin necesidad de conformar una coalición. Ojalá no se arrepientan el 7 de junio.
Priistas más morenistas que los militantes del partido de AMLO
A todo esto, hay que tener en cuenta que hay priistas que son más morenistas que los propios militantes de Morena y se oponen a la alianza en cuestión.
El objetivo principal de la oposición es arrebatarle a Morena la mayoría en la Cámara de Diputados para restarle poder y hacerle contrapeso a López Obrador. Para ello, los partidos que integran la alianza llamada “Tumor” deben olvidarse de orgullos y vanidades. No es momento de equivocarse.
Tampoco deben confiarse. En octubre pasado hubo elecciones en dos estados del país, Coahuila e Hidalgo. El Partido Revolucionario Institucional, que gobernó México más de 70 años, ganó los 16 distritos de Coahuila y 32 de los 82 ayuntamientos en Hidalgo. El gran perdedor fue Morena. Luego de haber arrasado en el proceso electoral de 2018, el 18 de octubre solo ganó 6 municipios en Hidalgo y no obtuvo ningún distrito en Coahuila. Ambos estados son de hegemonía priista.
Que “Tumor” no resulte canceroso
El acuerdo entre PAN, PRI y PRD ya es conocido como el Tumor: “Todos Unidos contra Morena”. Así lo bautizó Mario Delgado, presidente del partido que construyó AMLO, quien ha calificado como absurda la conformación de la alianza electoral con partidos enemigos para enfrentar a Morena.
https://twitter.com/mario_delgado/status/1335688840770695169?s=20
Pero recordemos que así fue como Morena logró sacar al PRI de la presidencia. En ese momento la coalición de partidos con AMLO para vencer a PRI no era un disparate, como la caracterizan ahora.
Al presidente Andrés Manuel López Obrador no le ha gustado el frente opositor y no ha perdido oportunidad de descalificarlo. En sus monólogos mañaneros, el mandatario mexicano ha dicho que la alianza es vergonzosa y que no se ha equivocado en señalar a las tres organizaciones políticas involucradas (PRI, PAN y PRD) como los partidos del neoliberalismo.
“Van juntos en contra de nuestro proyecto. Imagínense la dicha enorme que me produce el tener la razón histórica y, además, de que se terminen de quitar las caretas, las máscaras, se haga a un lado la simulación y ya de manera abierta, se presenten como lo que son : representantes de una minoría que ahora se siente desplazada , se sentían los dueños”, manifestó AMLO.
Se le olvida que fue en el PRI donde inició su carrera política y que fue uno de los fundadores del PRD, partido que lo postuló dos veces a la Presidencia de la República. Y es más, como presidente del PRD, cargo que ejerció entre 1996 y en 1999, apoyó una alianza con el PAN, para ganarle al PRI la gubernatura de Nayarit.
También omite que en sus intentos por llegar a la Presidencia de la República siempre compitió apoyado en coaliciones partidistas. En 2006, con el PRD, Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC). En 2012, con PRD, PT y MC. Y en 2018, ya con su partido, Morena junto con el PT y el Partido Encuentro Social (PES).
El reto de la alianza opositora no es sencillo. Andrés Manuel López Obrador seguramente llegará fortalecido a las elecciones intermedias ya que la pandemia y la estrategia de vacunación contra el COVID-19 serán muy bien aprovechadas.
Pero tengamos presente que también hay ciudadanos descontentos con la situación del país tras dos años de la gestión de AMLO.