En Palacio Nacional y ante solo 70 invitados, debido a la pandemia, Andrés Manuel López Obrador ofreció un informe “triunfalista” y sin autocrítica de sus dos primeros años de gobierno.
Esta vez no fue desde un abarrotado Zócalo capitalino, como hace un año.
Una vez más repitió todo lo que ha dicho en sus conferencias matutinas. Era predecible, nada nuevo, nada diferente. Según él, ya están asentadas las bases para la transformación de México y ha cumplido 97 de los 100 compromisos que hizo hace dos años.
“Solo están pendientes o en proceso tres: descentralizar el gobierno federal, impulsar el desarrollo de fuentes de energía renovables, mediante la rehabilitación de las hidroeléctricas y conocer la verdad acerca de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa. En eso estamos”, dijo.
¿De verdad ya cumplió casi con todos sus compromisos? Sus “adversarios” como les dice a quienes piensan diferente a él, aseguran que no hay ni cimientos, ni mucho menos un cambio en beneficio del país.
Fue un discurso breve, de 42 minutos, donde presentó prácticamente un resumen de sus 504 conferencias mañaneras que ha ofrecido desde que llegó al poder, el 1 de diciembre de 2018.
AMLO: no hemos sido rebasados por la pandemia
En el tema de la salud, el compromiso número 13, para López Obrador solo hay buenas cuentas. Insistió en que su gobierno ha enfrentado con “estrategias no convencionales”, pero con éxito la pandemia por COVID-19.
Sin embargo, apenas ayer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de su director, Tedros Adhanom, recomendó a México tomar “muy en serio” el tema de la pandemia, porque duplicar el número de muertos y contagios es muy peligroso.
López Obrador también recalcó que heredó un sistema de salud en ruinas y “minado por la corrupción”, pero a pesar de ello se lograron terminar de construir 130 hospitales que ahora han servido para la atención de las personas con COVID-19 y evitar que estos espacio hayan sido rebasados.
Sobre el peregrinar de cientos de enfermos y sus familias para encontrar atención en hospitales, no dijo nada.
El milagro de los connacionales
En el tema económico, López Obrador afirmó que México empieza a crecer. Que el dólar no se ha depreciado, que el salario mínimo aumentó 30 %. Incluso, calificó como un “milagro social”, que en medio de la crisis, haya aumentado en 10 % el envío de remesas al país. Esta vez reconoció que se trata de un acto “heroico de nuestros connacionales” y no de un logro de su gobierno, como lo ha hecho creer en otras ocasiones.
Según sus cifras, ya se recuperaron 555.600 empleos de los más de un 1.270.000 perdidos durante la pandemia y anunció que en marzo ya se habrán recuperado todos.
Informó que se han ahorrado más de un billón de pesos en compras y contratos, pero no mencionó nada sobre el 70 % de los contratos que su gobierno otorga de manera directa, sin licitación, según Transparencia Mexicana.
Tampoco se refirió al pronóstico en la caída del PIB que se calcula entre 7.4 y 10.5 % para 2020 y que habrá 12 millones más de pobres este año.
Presumió que en torno a la inseguridad la mayoría de los delitos han bajado. Aunque en homicidios dolosos, feminicidios y extorsiones las cifras han crecido. Quienes investigan y analizan el tema de la violencia en México, pronostican que 2020 cerrará con cifra récord en homicidios. Más de 70.000.
De acuerdo a las diferentes encuestas, AMLO llegó al primer tercio de su mandato con una aprobación entre el 58 y 65 % y una reprobación entre 42 y 35 %, pero él siempre tiene otros datos.
El presidente tiene otros datos, sus datos
“La mayoría de los mexicanos está respaldando a nuestro gobierno, en la última encuesta, porque yo tengo otro dato, el 71 % de los mexicanos desean que sigamos gobernando y con eso tenemos. Eso es lo fundamental: el apoyo de la mayoría del pueblo”.
En marzo pasado la aprobación del mandatario mexicano era de 78 %.
Aunque la popularidad de AMLO es alta, no hay relación con la realidad de México. Si se evalúa por rubros, el desempeño del gobierno obradorista, los números cambian.
Principalmente en los temas que más preocupan a la sociedad como economía, seguridad, salud y corrupción. Ahí, las encuestas lo reprueban.
El reconocimiento del informe se lo llevaron las fuerzas armadas, el ejército y la marina. Los aplausos a ellos, provocaron que tres veces fuera interrumpido el discurso: “Reconozco y agradezco el respaldo incondicional de los soldados y marinos de México que nos han apoyado en labores de seguridad pública, porque ahora lo permite la Constitución”.
A diferencia de otros mensajes o discursos, esta vez no hubo ataques a los adversarios, a los fifís, a los conservadores, ni al pueblo malo.
De manera sorpresiva, ahora aceptó que no todo es perfecto y que no aspira al consenso, que existe una oposición legítima y normal en una auténtica democracia, pero él tiene el respaldo del pueblo.