En la Corte de Brooklyn, en Nueva York, el general mexicano Salvador Cienfuegos, se declaró “no culpable” de los cuatro cargos por narcotráfico y lavado de dinero que le imputa la Fiscalía de Estados Unidos.
Mientras que, en el gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador hay un “profundo descontento” porque no les avisaron de las investigaciones que realizaba Estados Unidos sobre el poderoso militar.
Mucha molestia, pero dejaron pasar 15 días para enviar una nota diplomática al Gobierno de Donald Trump para decirles que no les había gustado la forma unilateral en la que llevaron las investigaciones durante 14 meses y México ni por enterado.
El Senado mexicano siguió la línea del gobierno y la Junta de Coordinación Política, presidida por Morena, —el partido de AMLO— envió una carta a Christopher Landau, embajador de Estados Unidos en México, donde solicita información sobre la detención, las acusaciones y los datos de prueba contra el ex secretario de la Defensa Nacional.
En el Ejército se sabe que hay inconformidad. No la hacen pública, es en privado y con mucho cuidado para evitar fugas y descontrol. En el interior han cuestionado la tibieza con la que ha actuado el gobierno federal, ante la detención del general cuatro estrellas. Los militares se quejan que nadie conoce las pruebas contra uno de los suyos, ni siquiera las autoridades mexicanas.
El caso del general en retiro es un tema casi prohibido en México. Está de por medio el prestigio de las Fuerzas Armadas de México. Todos o la mayoría de los generales en activo trabajaron con el exsecretario de la Defensa Nacional. Al presidente López Obrador debe preocuparle esto, aunque declare que la detención de Cienfuegos no debe dañar la imagen de los militares.
Prohibido hablar de “El Padrino”, el general Cienfuegos
Para tener el control, López Obrador se autonombró único vocero sobre el tema por considerarlo un asunto delicado. A los castrenses les dieron la instrucción, a través de memorándum, de no hablar de la detención del exsecretario (ministro) de la Defensa Nacional.
Esta imagen la publicó la revista mexicana “Impacto”. Es el documento donde se ordena silencio absoluto sobre la situación del exsecretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Ejército Mexicano, libre expresión y otros derechos – https://t.co/hTbggLSEgY #México
— IMPACTO El Diario (@impactomx) November 7, 2020
El general Salvador Cienfuegos fue detenido en el aeropuerto de Los Ángeles, California el 15 de octubre. Le seguían la pista desde agosto de 2019, según la información que se ha dado a conocer, y su entrada a territorio norteamericano fue la oportunidad para detenerlo.
¿Quién delató al Padrino, como supuestamente era conocido el general Cienfuegos dentro de los grupos delincuenciales? ¿Joaquín “Chapo” Guzmán, líder del cartel de Sinaloa? O ¿Edgar Veytia, exfiscal del estado de Nayarit?
A ambos se le sigue proceso en la corte de Brooklyn donde ya también está preso el general Cienfuegos.
Veytia está condenado a 25 años de prisión por encabezar el grupo criminal que se conocía como H2 y es testigo protegido por parte de las autoridades norteamericanas. Se sabe que, casualmente, los abogados del ex fiscal de Nayarit ya solicitaron disminuir la pena que recibió.
A Cienfuegos lo acusan de haber protegido con el grupo criminal H2.
No se aparecerán por Estados Unidos
La pregunta ahora es si hay otros nombres de militares de alto rango o ex funcionarios públicos que estuvieron o están involucrados con algún cartel de la droga.
Muchos tendrán miedo —hasta de acercarse a tierras norteamericanas— no vayan a correr la misma suerte que Salvador Cienfuegos. Por lo pronto, poco o nada sabremos en México de lo que hayan dicho “El Chapo” Guzmán o Edgar Veytia, con el propósito de que les reduzcan sus condenas.