English Seis años después de las medidas de expansión del trabajo por cuenta propia, implementadas por Raúl Castro en Cuba para impulsar el crecimiento de la paupérrima economía de la isla, hoy día no se ven avances.

“La de idea Raúl Castro para impulsar la economía es volver al modelo de 1968”, dijo el panelista Frank Calzon, director ejecutivo del Centro para una Cuba Libre, en referencia a un modelo que Fidel Castro erradicó en 1968, el cual se basaba en permitirle a los cubanos hacer trabajos de muy pequeña escala y de bajo valor agregado, como dedicarse a lustrar botas o a vender frutas.
“Ese nivel de la economía es una broma”, dijo.
Esa frase resume el consenso alcanzado el sábado durante un seminario sobre la situación actual de Cuba organizado por el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano Americanos (ICCAS) de la Universidad de Miami.
Además de Calzón, el primer panel, que se centró en los actuales problemas económicos de la isla, contó con Mario González-Corzo, profesor de origen cubano de la City University de Nueva York, y con Carlos Quijano, consultor senior jubilado del Banco Mundial. El panel fue moderado por José Azel, investigador asociado senior de ICCAS.

González-Corzo destacó el perfil laboral en Cuba. Explicó que a pesar de que el gobierno ha ampliado las actividades por cuenta propia permitidas, se ha producido un descenso general del empleo. El sector estatal ha tenido la mayor pérdida, disminuyendo el número total de empleados en 500.000.
Quijano dijo que Venezuela, a quien González-Corzo calificó como “el Estado proxeneta”, es la mayor fuente de inversión extranjera en Cuba, y que la isla no puede permitirse el lujo de perder su beneficiosa relación con la nación suramericana.
González-Corzo terminó diciendo que el clima de negocios en la isla sigue siendo hostil, a pesar de la aparente progresividad del gobierno de Raúl Castro. “Esta contradicción interna del socialismo reformado, si se puede llamar así, donde el Estado es ambivalente en cuanto a sus políticas, es una historia de amor-odio hacia el emergente sector del autoempleo”, dijo.
El panel de política que se celebró a continuación fue moderado por Brian Latell, investigador asociado senior en el ICCAS, y contó con Juan Antonio Blanco, director ejecutivo del Centro de Iniciativas Latinoamericanas y del Caribe en el Miami Dade College, Marifeli Pérez-Stable, profesora de la Universidad Internacional de Florida, y Pedro Roig, exdirector de Radio Martí y ahora investigador asociado senior en el ICCAS.
Latell abrió su ponencia diciendo que creía que la estabilidad social era mayor ahora en la isla que en cualquier otro momento, lo que hace que un éxodo masivo como el que siguió a la caída de la Unión Soviética sea menos probable hoy en día.
Blanco observa un sombrío panorama en la Cuba actual. “Es un país tecnológicamente atrasado, pobre, situado en los márgenes de la nueva era digital de la globalización y de las economías del conocimiento”, dijo.
Añadió que la isla tiene la peor velocidad de Internet del mundo, después de la isla de Mayotte, sus instituciones políticas y de mercado se encuentran entre las cinco peores del hemisferio, y 30.000 personas emigran cada año.
“La principal aspiración de la mayoría de los cubanos es vivir en un país próspero, en una sociedad moderna y abierta, y el objetivo principal de la élite cubana es garantizar su permanencia en el poder”, dijo. “Estos objetivos no son compatibles”.
Roig se centró en los militares y el futuro de la isla. “Yo solía ser muy optimista sobre el futuro de Cuba, ahora estoy en el grupo de los pesimistas”, señaló .
Roig se refirió a las nuevas generaciones de cubanos que relevan a la vieja oligarquía militar, y explicó que la familia Castro se ha asegurado de que sus nuevas generaciones ocupen las esferas de gobierno. También mencionó la presencia de los cubanos en Venezuela.
“La presencia de los cubanos en Venezuela es una de las principales en el extranjero, con más de 7.000 soldados, además de los miles de médicos y otro tipo de personal”, dijo. ” Están bien entrenados y van a luchar para preservar su presencia tanto como les sea posible, lo que hace que la situación venezolana sea muy peligrosa para la libertad”, advirtió.
Habló de la cómoda y ventajosa relación de Cuba con Venezuela. “No hay otro país en este planeta que vaya a ceder US$10 mil millones al año a la economía cubana”, dijo. “Si esta entrada de dinero se corta, creará un gran problema para una economía que ya está en una situación muy difícil”.
Roig concluyó diciendo que todavía alberga una pequeña esperanza de ver un cambio en la isla, pero sabe que no va a venir sin la colaboración del ejército. “El ejército cubano, sobre todo con la nueva generación, podría llegar a ser como el ejército español, que fue un eje del movimiento de España hacia la democracia”, dijo.
“Espero que pueda llegar a ser cierto, porque no creo que vaya a surgir un movimiento real y abierto en Cuba sin la participación del ejército”.