
Si Argentina tuviera una oposición razonable, hoy habría un escenario predecible. Tendría lugar una sesión más de la Cámara de Diputados, se acataría la votación, se harían las expresiones políticas en el recinto y el día terminaría con cierta normalidad. Sin embargo, el kirchnerismo y la izquierda siguen empecinados en poner el palo en la rueda y frustrar desde todos los puntos el plan de gobierno. Es que, de llegar a octubre con vigencia democrática institucional, el oficialismo libertario conseguiría más bancas y se profundizaría el proceso de cambio.
Por lo tanto, la idea es simplemente, como se dice, “pudrirla”. Hacer todo lo posible para frustrar con violencia y boicot todo lo emanado del Poder Ejecutivo comandado por Javier Milei. El debate ahora gira alrededor del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) vinculado al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), algo que podría contribuir al saneamiento del Banco Central para aspirar próximamente a terminar con el control de cambios.
Si esto sucede la economía tendría otro empujón virtuoso y la oposición no quiere saber nada respecto a un panorama donde al país le vaya medianamente bien, si no son ellos quienes tienen el poder político. En Diputados, el espectáculo bochornoso del kirchnerismo y la izquierda fue total. Ante la imposibilidad de ganar con los votos, la oposición, ya más golpista que democrática, se dedicó a hostigar al presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, y a buscar suspender la sesión. ¿La excusa? Según ellos, en los alrededores del Congreso se instalaba un “Estado policial”.
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La falta de respeto y el hostigamiento permanente para con el presidente de la Cámara no contribuyó para doblegar al diputado riojano, quien siguió cumpliendo con su labor sin inmutarse. Lamentablemente, sí terminó escribiendo otra página negra para la historia del Poder Legislativo argentino.
⭕ La chicana de Germán Martínez a Martín Menem: “¿Quién sos? Andá a laburar…” pic.twitter.com/DdRUU5EFgj
— C5N (@C5N) March 19, 2025
Los desmanes que puedan tener lugar dentro del recinto son más sencillos de controlar en comparación a lo que suceda afuera, sin embargo, la estrategia en el hemiciclo es la misma: “pudrirla” también, ejercer violencia y luego acusar represión y dictadura.
Por lo pronto, desde las primeras horas del día, el gobierno y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dejaron en claro que no se van a permitir actos vandálicos. Luego de los hechos ocurridos la semana pasada, las provocaciones serán seguramente mayores, buscando la reacción de las fuerzas y un nuevo escándalo como excusa para llamar a un juicio político. El deadline para el desastre es octubre, cuando la mayoría de los argentinos vuelva a las urnas para respaldar al proceso político del presidente que votaron a finales de 2023.
Ahora, es importante no olvidar lo siguiente: cualquier hecho violento que suceda en las inmediaciones del Congreso es exclusiva responsabilidad de las organizaciones con el propósito de buscar la confrontación y el caos.
🚨 CUALQUIER MANIFESTANTE VIOLENTO SERÁ DETENIDO POR SEDICIÓN Y ALTERACIÓN DEL ORDEN CONSTITUCIONAL 🚨 pic.twitter.com/JCKhsYDhxr
— El Trumpista (@ElTrumpista) March 19, 2025