
Dice el prejuicio (que a veces se plasma en la realidad, pero cada vez menos), que las mujeres son de preferir vinos livianos, mientras que los hombres eligen opciones de más estructura. Claro que, si hablamos de prejuicios, el día de los enamorados ya no se celebra solamente con parejas tradicionales de hombre y mujer. Es decir, los binomios ya son de todo tipo y color y con diferentes paladares a la hora de elegir el vino.
Lo que sí es cierto es que, afortunadamente, se va levantando el perfil del consumo y cada vez se eligen, no solamente mejores vinos, sino también estilos determinados. Ya hay una idea mucho más clara de lo que se quiere, además de la básica dicotomía entre tintos y blancos o “dulces y secos”.
Pero, en caso de que uno prefiera algo más ligero y otro algo más estructurado, sobre todo teniendo en cuenta la temperatura veraniega de los 14 de febrero en Argentina y alrededores, podemos hacer un repaso de cinco opciones excelentes que “van por el medio” y destacan para todos los gustos y preferencias.
Para empezar y para cerrar, un espumoso de excelente calidad-precio es el San Felipe de Bodega La Rural. Con las notas clásicas de panadería y levadura del champagne francés, que se obtiene por su tiempo de contacto con las lías y frutas blancas maduras, este corte espumoso de Chardonnay y Pinot Noir no desilusiona jamás. Mucho menos en verano.
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Siguiendo en la gama de los blancos, un Chardonnay que presenta una amplia gama de maridaje para una cena veraniega, que puede ir de una picada de quesos, pescados y carnes blancas es el Chateau Vieux Gran Reserva. Sí, en su versión Chardonnay. Si no lo conoce todavía, vaya a buscar una botella que para esta noche es ideal. Con 12 pasos por barricas de roble francés y americano (una combinación que no falla nunca) este vino es un perfecto punto de encuentro para todos los paladares.
Yendo para el lado de los tintos, también pensando en vinos con personalidad, interesantes, pero que, como se dice, “se dejen tomar muy fácil”, otra joya ideal para la jornada es el Petit Caro. Una colaboración estrella entre dos grandes que saben mucho de vino: Barons de Roschild Lafite (Francia) y Catena (Argentina). Se trata de un gran blend de Cabernet Sauvignon y Malbec, con una pizca de Petit Verdot, criado en 50 % en barricas de roble francés, mientras que la otra mitad va a cubas de concreto. Difícilmente me imagino a alguien que pueda decir que este vino no le gusta. Es ideal para una jornada romántica y para sorprender en San Valentín.
Pero si de encontrar puntos medios para los amantes del buen vino se trata, no solamente tenemos que hacer referencia a vinos ligeros o de mayor estructura. También hay otra discusión, que a veces hasta puede ser una “grieta”, de los amantes de los vinos jóvenes y los que prefieren opciones de guarda y añejos. Bodegas López, que creció mucho en los últimos años sin traicionar sus opciones clásicas, agregando nuevas e interesantes versiones, también le encontró el punto justo ideal para una cena que compartan una persona que prefiere vinos jóvenes y otra que tenga interés solamente cuando hay un añejo: el Petit Montchenot. Con 12 meses en los grandes toneles de la bodega, este corte de Malbec y Cabernet Sauvignon (que tiene en el mercado su cosecha 2019) llegó para quedarse, haciéndole justicia a un nombre de mucho peso en la historia del vino argentino.
Si hay una cepa tinta que suele ser complicada a la hora de compartir un vino, sobre todo si va a ser la única botella de la noche, es el Pinot Noir. Volviendo a los prejuicios del principio, esta cepa está rotulada como la “femenina”. Sin embargo, para los que no la tienen como primera opción, existen algunas versiones en el mercado local que pueden dejar boquiabiertos a los amantes de los vinos más corpulentos. Una de ellas es el Primus de Salentein. Untuoso, con personalidad, complejo y con el cuerpo que le aportan 18 meses de paso por barrica que le brindan un muy buen potencial de guarda, que llevan a la cepa más delicada a un punto todavía desconocido por muchos amantes del vino. Un vino de alta gama con todas las letras, que, si bien sale unos pesitos más que los anteriores, bien vale la pena romper el chanchito para ocasiones especiales como esta.