Al unísono, desde los dos partidos mayoritarios de Alemania salieron a arremeter fuerte contra Elon Musk y el AfD (Alternativa para Alemania), que por ahora tiene un inédito segundo puesto en las encuestas.
Es que el magnate opinó sobre la política alemana y aseguró que la agrupación derechista, cuestionada por el resto de los partidos, es la única que le puede aportar el dinamismo necesario a la economía del país para salir del estancamiento en que se encuentra. Para Musk los partidos tradicionales se acomodaron en la mediocridad, por lo que los votantes podrían votar algo completamente distinto en las próximas elecciones.
“No recuerdo un caso comparable de injerencia en la campaña electoral de un país amigo en la historia de las democracias occidentales”, señaló Friedrich Merz, referente la Unión Cristianodemócrata (CDU). En términos generales se expresó Matthias Miersch, secretario general de los socialdemócratas (SDP): “Es naceptable que multimillonarios extranjeros intenten influir en el panorama político, apoyando partidos que socavan los valores democráticos”.
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El nerviosismo de los partidos tradicionales se entiende cuando uno mira las encuestas. El AfD aparece en un segundo lugar con 20% de intención de votos, en medio de una CDU con 36%, que no llega a formar gobierno en soledad y padece el derrumbe de su socio tradicional: el liberal FDP, que podría ni llegar al 5% para ingresar en el Bundestag para sentarse en la mesa de negociación.
Por su parte, el SDP, que lleva a cuestas el fracaso de la coalición rota de la actualidad, está tercero con un 17%, con sus socios verdes por debajo con un 14%.
Con estos números, ante la negación de formar cualquier coalición con la AfD, la política tradicional alemana está en una encerrona total. El sentido común indicaría que se debería avanzar en un frente de centro derecha con la CDU, el AfD y los liberales del FDP, pero, hasta el momento, prima la negación de cualquier negociación con Alternativa para Alemania.
Por lo pronto, Christian Lindner (líder del FDP) quiso salir del letargo y abandonó la coalición socialdemócrata-verde para pedir imitar el camino de Javier Milei en Argentina. Sus palabras generaron un revuelo, ya que para los medios alemanes y para la política tradicional de su país, el libertario también está bajo el rótulo de la “ultra-derecha”. Sin embargo, habrá que ver si su partido sale del pozo para poder llegar a convertirse en el “junior partner” del CDU, reeditando una de las más exitosas coaliciones de la historia democrática alemana. Al día de hoy, la reacción de Lindner parece haber sido tardía.
Por lo pronto, con las encuestas actuales, la política alemana sigue en una encerrona. El SDP parece haber perdido el motor del tren del gobierno, pero del otro lado no hay una respuesta de recambio con las preferencias actuales del electorado.