Aunque el kirchnerismo sigue empecinado en falsear la historia, en Argentina se respiran otros aires y nuevos tiempos. Recientemente, luego de que el diputado Guillermo Castello llamara a Rodolfo Walsh como lo que era (un terrorista y asesino), el bloque K propuso expulsarlo de la legislatura bonaerense. Aseguraban que el diputado provincial “agredió la memoria” del exmontonero –al que solamente recuerdan como periodista y escritor– y la política de “memoria verdad y justicia de los derechos humanos”.
Claro que si en nombre de la justicia se apela a la memoria, uno se encuentra con una ineludible verdad: Walsh, entre otras cosas, fue el diseñador del atentado que sufrió la Superintendencia de Seguridad Federal el 2 de julio de 1976. El ataque, que tuvo lugar en el comedor de la dependencia ubicada en la calle Moreno 1400 de la Capital Federal, se trató del hecho terrorista más importante de la historia argentina hasta 1994, cuando ocurrió el atentado a la sede de la AMIA.
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Mario Firmenich, que lideraba la organización Montoneros, responsable del atentado, hasta ahora daba clases en España y oficiaba de asesor de la dictadura nicaragüense. Desde los indultos de la década del 90, él y sus cómplices no han tenido mayores complicaciones judiciales. Mientras se reabrieron las causas contra los militares por la represión ilegal, los atentados de ERP y Montoneros fueron proscribiendo, por tratarse de grupos civiles de acción “privada” no estatal.
Walsh. El diputado bonaerense Guilermo Castello tiene razón: Rodolfo Walsh organizó el atentado contra el comedor de la Policía el 2 de julio de 1976, como consta en mi libro Masacre en el comedor. Y ahora los K y sus aliados lo quieren expulsar. https://t.co/2U5MLLEpDu
— Ceferino Reato (@ceferinoreato) November 13, 2024
Sin embargo, la Cámara Federal porteña consideró que aquel atentado no puede estar prescripto. Es que se trató de una “grave violación a los derechos humanos”, por lo que existe la obligación de dar respuesta a las víctimas y sus familiares. Resaltaron que el hecho “nunca fue siquiera mínimamente investigado por el Estado”.
La bomba “vietnamita”, que dejó un saldo de 23 muertos y 110 heridos, tuvo como finalidad erradicar a la plana mayor de la policía federal. Además de Firmenich, en los últimos años diferentes investigaciones periodísticas coincidieron en que el “periodista” y operador kirchnerista Horacio Verbitsky pudo haber estado implicado.
“Es necesario, diríamos imprescindible, realizar los mayores esfuerzos, desde la justicia, para reparar precisamente el valor justicia que se ha venido denegando a las víctimas”, señalaron en el fallo los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi.
Ya es hora de que estos brutales atentados terroristas lleven a sus responsables vivos al banquillo de los acusados. No solamente para que paguen personalmente por lo que hicieron, sino para desenmascarar ante la opinión pública el falso relato setentista que han logrado imponer desde el Estado durante los años del kirchnerismo.
Masacre en el Comedor. Parece que este año la Policía Federal se animará a recordar de manera institucional a los 23 muertos y 110 heridos en el atentado terrorista del 2 de julio de 1976, el más sangriento de los 70. Enhorabuena! La verdad siempre triunfa. @ceferinoreato pic.twitter.com/9IbXMEBw3D
— Arturo C. Larrabure (@aclarrabure) June 24, 2024