La irresponsabilidad del gobernador kirchnerista de la provincia de Buenos Aires es total. Además de los problemas conceptuales de su perspectiva ideológica, Axel Kicillof parece encaprichado en hacer todo lo contrario a lo que hace Javier Milei en el orden nacional. Lo curioso es que el exministro de Economía de Cristina Kirchner parece no percibir que lo que está haciendo el gobierno argentino funciona y lo que él profundiza en su distrito es un fracaso.
Kicillof ya dijo que en Buenos Aires los extranjeros que ya no puedan acceder a la salud o educación de forma gratuita en las dependencias nacionales, en el distrito bonaerense podrán seguir haciéndolo gratis. No hay que ser un adivino para anticipar el resultado de estas iniciativas: se incrementará la demanda, bajará el nivel de las prestaciones, los contribuyentes tendrán que pagar impuestos más altos (ya lo están haciendo) y, eventualmente, en las urnas se verá el repudio al último gran bastión kirchnerista.
Ahora, el gobernador K pretende hacerse cargo de Aerolíneas Argentinas, en caso de que el gobierno nacional pueda privatizarla, como no pudo hacer al inicio de su mandato. Vale recordar que la oposición la vetó de la lista de “privatizables” de la Ley Bases para aprobar la ambiciosa normativa. Sin embargo, lo que sucedió a partir de allí hizo que varios legisladores dialoguistas, pero que no pertenecen al oficialismo, cambien de opinión. Los sindicatos mostraron los dientes, incrementaron sus huelgas irresponsables y todo parece indicar que ya existiría un número compatible con la privatización de Aerolíneas Argentinas.
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“Si el gobierno nacional quiere vaciar o vender Aerolíneas Argentinas a una empresa extranjera o a un grupo amigo, la provincia de Buenos Aires no lo va a permitir”, dijo Kicillof, arrogándose la representación provincial absoluta de una forma al menos cuestionable, pero digna de un gobernante colectivista.
Más allá de las intenciones políticas de la diferenciación, como economista, el gobernador tendría que comprender que se está embarcando en una aventura que será más que ruinosa para los bonaerenses. Parece que se le escapan ciertas variables dinámicas, ya que luego de la desregulación total que está teniendo lugar, hacerse cargo de AA, como está, sería un pésimo negocio. Uno peor que mantenerla en sus años de privilegio y monopolio.
Si Kicillof, con los dineros de los contribuyentes bonaerenses, compra sin cuestionar la estructura actual, con su nefasto paquete sindical, la “aerolínea de bandera” será muchísimo más deficitaria de lo que lo fue hasta el momento. Con la competencia total, los pasajeros podrán elegir muchas otras opciones, por lo que el exmonopolio artificial prebendario arrojará un rojo mucho más salvaje. Menos personas comprarán pasajes por Aerolíneas (ya que tendrán ofertas más económicas para viajar) y el Estado provincial deberá pagar aún más por el déficit del capricho del gobernador.
Ya sea en 2025 o en 2027, los bonaerenses podrán mostrar en las urnas el descontento ante un espacio político caprichoso e infantil, que prioriza el enfrentamiento personal y conceptual con el presidente Milei, por encima de encontrar soluciones a las problemáticas de las personas.