Muchas veces se acusa al presidente argentino de “extremista”. Seguramente, esta vez no sea la excepción. En el marco de la cumbre del Mercosur que se celebra en Montevideo, Uruguay, Javier Milei dijo, sin medias tintas, que el bloque se convirtió en un “escollo” para el desarrollo de sus compatriotas.
Además de pedir que se retome la senda original en materia de comercio interbloque, el mandatario argentino insistió en la necesidad de abrirse al mundo. Claro que, más allá de lo que digan sus críticos, en sus palabras y proyectos no hay nada de “extremismo”. Tampoco de originalidad. Exactamente lo mismo, y también desde el sentido común, planteaba el mandatario uruguayo saliente, el “centrista” Luis Lacalle Pou. Lamentablemente para los ciudadanos de su país, lo único que quedó de aquellas palabras fueron las discusiones con Alberto Fernández. Como todos sabemos, Uruguay no se fue a ningún lado y el Mercosur tampoco se abrió al mundo.
Claro que la “energía” del líder argentino es muy diferente. Él no va a las reuniones internacionales a manifestar deseos o buenas intenciones. Apenas asumió, Milei decidió que Argentina no tendría que ver nada con los BRICS y así actúo en consecuencia. Ahora, si el Mercosur no cumple sus reglas puertas adentro, permitiendo la plena libertad de negociación, y no flexibiliza el comercio exterior, ya sea como bloque o permitiendo la autonomía de sus miembros, Argentina pegará el portazo. No hay que ser adivino para saber que así será.
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“Consolidarnos en un bloque común no solo no nos hizo crecer, sino que nos ha perjudicado. Mientras vecinos como Chile y Perú se abrieron al mundo y entablaron acuerdos comerciales con los protagonistas del comercio global, nosotros nos encerramos en nuestra propia pecera, tardando más de 20 años en cerrar un acuerdo con el que hoy festejamos, que aún dista de ser una realidad”, señaló Milei con respecto a la firma del tratado de Mercosur y la Unión Europea que hoy fue anunciada con bombos y platillos.
Es sabido que el mandatario argentino y su par francés, Emmanuel Macron, han tenido reuniones recientes y lo más probable es que el tema del Mercosur-UE se haya abordado. Cabe recordar que, justamente, el proteccionismo de Francia fue uno de los principales problemas para que el acuerdo de libre comercio, cerrado inicialmente en 2018, se pusiera en práctica. Luego llegaron las excusas “ambientalistas” contra el gobierno de Jair Bolsonaro, que duraron el mismo tiempo que el líder derechista estuvo en el poder. Con el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva el eje se puso en otro lado y se dejó de hablar del tema.
Lo interesante es que ahora hay un jugador decidido a avanzar. Paraguay también tiene todo para ganar si el bloque se abre al mundo. Habrá que ver qué dice el siempre pragmático Brasil en cuestiones internacionales y la posición de la próxima gestión izquierdista de Uruguay. ¿Seguirán con la intención lógica que tenía Lacalle Pou o el Frente Amplio será el sucesor del kirchnerismo y su atraso económico dentro del bloque?
Más allá de lo relevante de estos asuntos, la hoja de ruta argentina no se cambiará. Si el Mercosur no comercia libremente entre sus socios y no se abre al mundo, o permite a sus miembros hacerlo, Argentina dirá adiós.
Discurso del Presidente Javier Milei en la 65° Cumbre de Líderes del Mercosur, en Montevideo. pic.twitter.com/v2JrAOFE5m
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) December 6, 2024