Una de las cosas que destruyó el kirchnerismo en Argentina fue el sistema jubilatorio. En el marco de un populismo exacerbado y la más irresponsable negación de las restricciones presupuestarias, Cristina Kirchner y su séquito consideraron que, para jubilarse, ya no importaba haber aportado toda la vida activa en los años de trabajo. De esta manera, daba lo mismo, a la hora de recibir la jubilación básica, si uno realizó todos los aportes o si lo hizo parcialmente. La figura de la “moratoria” también contribuyó a que los incentivos pasen por realizar un trámite, en lugar de hacer los aportes al sistema de seguridad social.
El que haya caminado por Buenos Aires o cualquier ciudad argentina los últimos años habrá visto publicidades de abogados con enunciados escandalosos que decían “jubílese con o sin aportes”. Toda una postal nacional: si uno aportó, jubilarse es complicado y burocrático, pero si uno no lo hizo, haciendo el trámite puede pasar a cobrar todos los meses por el banco.
Claro que esto no es gratis y la bolsa colectivizadora que le dio a unos les quitó a otros. Lo más absurdo es que, ni siquiera se personalizó lo que pudo haber sido un subsidio para adultos mayores en lugar de una jubilación sin aportes. Muchas personas que, con buen tino, desconfiaron del sistema jubilatorio y ahorraron “en ladrillos”, para poder retirarse cobrando algunos alquileres mensuales, también pasaron a engrosar la lista de los pasivos en Argentina. Una locura por donde se mire.
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Ni bien asumió Javier Milei, insólitamente, desde el kirchnerismo irresponsable, se arremetió contra el nuevo gobierno por la situación de los jubilados. Sin embargo, las encuestas al día de hoy señalan que la mayoría de los argentinos no compra el buzón del populismo, que ha generado la tragedia de la que el país pretende salir desde hace unos meses.
Ante la imposibilidad de eliminar las jubilaciones sin aportes, ya que se trata de lo que se considera un “derecho adquirido”, el gobierno ha decidido comenzar a beneficiar, en cuanto las arcas del fisco lo permitan sin desordenar el superávit fiscal, a los jubilados que realizaron sus aportes en tiempo y forma.
“Hay una deuda pendiente con nuestros jubilados contributivos que han aportado 30 o 35 años y que merecen un reconocimiento a ese esfuerzo”, señaló Mariano De Los Heros, titular de la Administración Nacional de Seguridad Social.
En el marco de una entrevista realizada este lunes, en la que se conversó sobre los bonos y los pagos complementarios, De Los Heros aseguró que la intención del gobierno es reconocer a las personas que pagaron mes a mes una futura jubilación, que luego resultó licuada por el populismo peronista.
“Estamos estudiándolo, pero conceptualmente la idea es en algún momento poder reconocer la situación diferente de aquellos jubilados que cumplieron durante toda su vida con aportar al sistema”, resaltó.
Cabe destacar que cualquier bonificación en el contexto actual sería muy diferente al sinnúmero de anuncios realizados durante el kirchnerismo. Aunque Cristina y Alberto Fernández solían notificar sobre incremento de los pagos, todos los ingresos estaban ubicados por debajo del índice de la inflación. En lugar de “aumentos” eran leves “actualizaciones”, que no hacían más que recuperar una parte de los porcentuales perdidos, siempre mayores.