“Apoyó el hueco de su concha en la punta de la mía y empezó a moverse adelante y atrás, a resbalar sobre mis resbaladizas, sobre mis viscosas carnes íntimas, sobre mi concha que latía, echando burbujas como agua hirviendo y la veía a Liz desde abajo cuando se hamacaba para atrás y la seda del vestido no me cubría los ojos, las tetas meciéndose…”
El que lea estas líneas puede imaginar que se trata de una lectura para adultos. Sin embargo, es un segmento que se encuentra en uno de los textos que el gobierno kirchnerista de Axel Kicillof pone a disposición de los niños, desde los doce años, en las bibliotecas de las escuelas.
Producto del escándalo, ya denunciaron penalmente a Alberto Sileoni, director general del área de Educación del gobierno bonaerense, así como también responsable máximo por la distribución de textos completamente inapropiados para los niños en edad escolar.
“Dar información que no es acorde con la edad también es una forma de corrupción de menores. Los chicos no están preparados para recibir información de sexo adulto. Se naturalizan y asimilan cosas que no tienen que ser naturales para ellos en esas edades”, advirtió Ezequiel Baigorria, uno de los psicólogos clínicos que se manifestó en los medios en favor de los padres indignados.
“Es un atentado al pudor y uno puede preguntarse ¿por qué les interesa tanto hablar de eso con los chicos? No es una demanda de los niños, sino un interés de adultos”, resaltó Baigorria.
- Lea también: Kicillof no ajusta, pero compra lubricantes para el plan “Haceme tuyo”
- Lea también: La victoria de Donald Trump ya impacta positivamente en Argentina
“Con la mano libre, se desabrochó el cinturón, bajó el cierre del pantalón y se lo quitó. La otra mano se cerró en mi nuca. No me podía mover. Tiró de mí. Sacó su pija por encima del bóxer y me la acercó a la boca. Me dejé llevar a un beso tan suave como si lo que besaba fuese una lengua. Le bajé el bóxer del todo. La piel que tocaba me gustaba. Podía apretarla con los labios mientras la pija jugaba en mi boca y se iba hundiendo. Ezequiel me miró chupar y yo también lo miré a él. Me agarró la cabeza con las dos manos. Mantuvo un rato la presión, hasta que en un movimiento sacó su pija de mi boca y sus manos buscaron mi cadera. Me llevó hacia él.”
Esto es otro de los segmentos de lectura “educativa” que ha causado indignación en los padres y ha llevado a la Fundación Natalio Morelli a denunciar a Sileoni por la distribución de material inadecuado para los niños en las escuelas.
Los textos cuestionados son Cometierra, Las aventuras de la China Iron, Las primas y Si no fueras tan niña. Aunque esto parezca absolutamente indefendible, varios dirigentes kirchneristas cuestionaron el reclamo, expresaron su postura en favor de estos libros y aseguraron que se trata de una especie de censura conservadora. Otro de los argumentos que brindaron tuvo que ver con la manifestación artística de la “literatura”, mientras los jóvenes tienen acceso a pornografía explícita en sus teléfonos.
El periodista Eduardo Feinmann tuvo un fuerte cruce con Sileoni, a quien acusó de ser “uno de los degenerados” del gobierno bonaerense. Increíblemente, el funcionario aseguró que esos párrafos “pueden convertirse en una escena pedagógica en el aula”. Sus palabras causaron indignación, tanto en los periodistas que lo entrevistaban como en la audiencia que seguía la transmisión.