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El gobierno argentino está cerrando una muy buena semana, pero todo parece indicar que, de aquí en adelante, las noticias que tendrán para dar le sonreirán al oficialismo. Además de la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, aquí los índices le sonríen a una gestión que decidió empezar por el trago amargo para luego cosechar la siembra.
Ayer, en el marco de un acto en la Cámara de Comercio y Servicios, el presidente argentino aseguró que la recesión ya terminó y que el país ya empezó a crecer. Recordó que cuando asumió en diciembre le avisó a la ciudadanía que se venía una etapa dura. Sin embargo, a menos de un año de gobierno, Javier Milei señaló que ya se está dando vuelta a la página.
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“El programa económico funcionó y funciona”, señaló mientras en las noticias se mencionaba los datos positivos en materia de construcción e industria. En el marco de buenas nuevas, hasta el director técnico del seleccionado de fútbol campeón del mundo, Lionel Scaloni, se animó a mostrar su simpatía con la gestión liberal, reconociendo en una entrevista con Alejandro Fantino que Argentina estaba cambiando para “bien”.
Con el dólar entre planchado y a la baja y un riesgo país que desciende todos los días, la noticia que cayó muy bien en la Casa Rosada este viernes pasó por otro lado. Aunque no se trató de un índice de la economía concretamente, si es uno que viene de la mano de la recuperación que ya van sintiendo los argentinos.
El último informe de Giacobbe Consultores señala que Milei recuperó su imagen positiva y ya tiene nuevamente más de 50 % de aprobación en la opinión pública. Pero, como si el dato de más de medio país apoyando, luego del enorme ajuste que muchos consideraban imposible, no fuese suficiente, hay más números relevantes: 8,4 % de los encuestados consideró que su gestión es “regular”, por lo que se trata de una pecera más que interesante para buscar electores cuando los índices económicos comiencen a dar las mejores noticias que, según el gobierno, están por caer en los próximos meses. Cabe recordar que en octubre del año próximo tendrán lugar las elecciones de medio término. Todo parece indicar que será un buen momento para la economía argentina.
Pero, las buenas nuevas para el gobierno también tienen que ver con lo que pasa con la oposición. O, mejor dicho, lo que sucede con la ausencia de ella. Cristina Kirchner, que acaba de asumir la presidencia del Partido Justicialista y pretende ser candidata el año próximo, cuenta con un escueto 25,7 % de respaldo y un durísimo 64 % de rechazo. En situación similar está su exministro de Economía, Axel Kicillof, que pretende disputar la Presidencia en 2027. Un 28,9 % de imagen positiva, que no es demasiado para un gobernador de Buenos Aires en ejercicio y 60 % de repudio.
Por lo pronto, la decisión de haber hecho el ajuste de golpe y sobrevivir ante la opinión pública al inicio del mandato no fue una mala estrategia. Junto con la recuperación económica, el presidente también recobra los números que tenía al inicio de mandato y el camino hacia las elecciones de medio será en un marco de mejoras económicas, que seguramente impacten en las urnas en 2025.
