Siguiendo la (poca) lógica de las guerras, puede que se llegue a la conclusión de que Irán estaba obligado a atacar a Israel. No porque esto obedezca al sentido común, sino porque es la instancia final necesaria en la escalada terrorista de Teherán luego de las humillaciones recientes propinadas por el Estado judío.
Aunque todos saben que en Irán está la cabeza de la serpiente, la estrategia de la teocracia islámica fue la de apostar a distintos grupos terroristas que hagan su trabajo sucio desde otras geografías. Así lograron impulsar varios atentados, muchos afuera de Israel. Sin embargo, luego de la incursión de Hamás en territorio judío, las fuerzas de defensa israelíes desarrollaron una serie de ataques quirúrgicos que descabezaron tanto a esa organización como a Hizbulá.
Los ataques demostraron que Israel puede golpear en todo Medio Oriente, ya que no solamente tuvieron lugar en el Líbano, sino también dentro de un Irán que se mostró ante el mundo vulnerable ante la inteligencia hebrea. Por primera vez, Teherán vio como sus títeres (así los llamó el mismo Benjamin Netanyahu recientemente) cayeron uno a uno, lo que forzó al régimen a hacer una cosa que no deseaba: tener que confrontar formalmente ellos mismos, para tratar de revertir la ecuación en la pulseada de la muestra de fortaleza.
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No es ningún secreto que el régimen islámico considera a las demostraciones de fuerza una herramienta fundamental para generar terror y condicionar a sus enemigos. Sobre todo en momentos poco claros para las potencias occidentales y las Naciones Unidas.
La única acción que hoy pudo cobrarse algunas víctimas civiles inocentes fue el clásico ataque de terroristas armados con ametralladora que abrieron fuego contra la población hasta el momento de ser abatidos. Sin embargo, los casi 200 misiles que cayeron en Israel fueron un fracaso estrepitoso. Muchos fueron interceptados, pero los que lograron atravesar el sistema de defensa israelí no pudieron cobrarse ninguna víctima fatal del enemigo. Como se vio en varios videos que circularon en las últimas horas en las redes sociales, algunos estaban hasta fallados, lo que evidencia la corrupción que hay en las distintas instancias de las cadenas de mando del régimen.
Paradójicamente, la única víctima mortal del ataque que ha sido confirmada fue un palestino al que, literalmente, lo aplastó un misil desactivado que le cayó en la cabeza en Cisjordania. El desafortunado hecho también quedó registrado ante las cámaras de seguridad del lugar. Y para mayor ironía, la Guardia Revolucionaria de Irán habría tenido cinco bajas, además de doce heridos, a quienes les habría explotado un misil Segil antes del lanzamiento, según un reporte iraní reseñado por la periodista israelí Emily Schrader, que no dejó pasar el hecho de que “el régimen gastó 300 millones de dólares para matar a un palestino”.
Iranian report: 5 dead and 12 wounded from the IRGC when a Segil missile exploded before launch. So apparently, the casualties on the IRI side are bigger than the casualties in Israel. 😮
The regime spent $300 million dollars to kill 1 Palestinian.
— Emily Schrader – אמילי שריידר امیلی شریدر (@emilykschrader) October 1, 2024
Apenas terminó el fallido ataque, los israelíes salieron de sus refugios ilesos y la respuesta no se hizo esperar: por estas horas ya hay bombardeos a objetivos terroristas en Beirut que responden a Hizbulá. La cuestión es que Irán, para no mostrar debilidad en un momento de humillación, pagó el precio de entrar formalmente a una guerra, donde no tiene todo para ganar.
En los próximos días, si no es antes, Teherán tiene sus fichas en los pedidos de “alto al fuego” por parte de las potencias. Sabe que la respuesta israelí puede ser letal y, como siempre, prefieren atacar objetivos civiles y luego protestar por lo que no es más que el derecho a la legítima defensa. Sin embargo, Israel ya confirmó que la respuesta será diferente a todo lo que ha venido pasando en los últimos años. Cabe recordar que, por primera vez, el primer ministro Netanyahu hizo referencia a la posibilidad del final del régimen teocrático, adelantando que su país tendrá relaciones de paz con “el pueblo persa” ante la eventualidad de un cambio político. Puede que esto sea lo necesario para terminar con una de las principales amenazas terroristas, no solo en Medio Oriente, sino en todo el mundo.