Este mes, Javier Milei presentó el proyecto de Presupuesto Nacional para 2025 en el Congreso Nacional. Este hecho inédito, así como el contenido del discurso y la nueva metodología que se ha implementado en el presupuesto, generaron muchos comentarios en los medios.
Con el debate abierto, el “Milei Reform Watch” de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, realizó un informe elaborado por Ricardo Manuel Rojas, ampliado en el reportaje realizado con el economista español Daniel Fernández, también integrante del observatorio.
En diálogo exclusivo con PanAm Post, Rojas analizó la presentación y el nuevo enfoque propuesto por el mandatario argentino.
-¿Qué te pareció en líneas generales la presentación del presupuesto que hizo Javier Milei?
– En verdad fue algo inédito en la política argentina. No sólo porque nunca un presidente convocó a ambas cámaras del Congreso para presentarles directamente el presupuesto, sino especialmente por la nueva metodología que se ha desarrollado.
-Antes de ingresar en el contenido, en algunos medios se ha criticado al presidente por hacer muchas consideraciones teóricas sin dar información concreta. Esperaban que dijera ciertas proyecciones que no aparecieron en la presentación, ¿cómo ves el discurso en este sentido?
– Creo que ese fue uno de los principales aciertos de la presentación. Si bien no lo dijo expresamente, lo que se puede deducir de su discurso es que dejó de lado todos los datos concretos del proyecto, los números con los que se divierten los economistas, porque esos números no son lo importante. De hecho, señaló que lo bueno de la metodología empleada es que sea cual fuere el resultado macroeconómico de la gestión, el presupuesto siempre será equilibrado.
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Ludwig von Mises denominaba “economía de giro uniforme” a esa pretensión neoclásica de manejar las variables; decía que muchas veces esos preconceptos tales como la “conducta maximizadora”, la estabilidad en las preferencias, el equilibrio de precios, el conocimiento perfecto, eran necesarios para poder hacer cálculos económicos, pero que son ficciones. Si se analizan los presupuestos de las últimas décadas, tengo la convicción de que no encontraremos ninguno que haya establecido condiciones que después se cumplieron. Todo varía en materia económica y las predicciones son o inútiles o parte de un engaño. Desgraciadamente muchos opinadores se la pasaron discutiendo las previsiones sobre el precio del dólar o la inflación esperada, todo lo cual me parece irrelevante, y creo que al presidente también, en el contexto de la elaboración de un presupuesto.
-Hablaste de la metodología, y el presidente también mencionó esa expresión. ¿Qué tiene de diferente metodológicamente este presupuesto de los que se presentan usualmente?
– En su discurso, Milei mencionó al menos un par de veces a Milton Friedman. A mediados del siglo pasado, con la salida definitiva del patrón oro, Friedman advertía dos grandes problemas que el dinero fiat iba a traer: la inflación, es decir, la emisión monetaria excesiva; y la posibilidad de elaborar presupuestos deficitarios y luego cubrir el déficit con emisión. Por eso proponía dos enmiendas constitucionales para prohibir ambas cuestiones. Milei se hizo cargo del problema de la inflación eliminando la emisión, y ya tiene preparado el proyecto para considerar delito la emisión injustificada. Ahora, en el momento de presentar el presupuesto, se hace cargo del segundo problema, que es el déficit presupuestario.
Los presupuestos argentinos originalmente han tenido tres partes: se calculan los gastos que se van a hacer, luego se calculan los recursos que se espera recaudar, y finalmente se establece cómo se cubrirá la diferencia, pues generalmente se prevé que se gastará más de lo que se recauda. Este presupuesto es totalmente distinto: en primer lugar, el eje alrededor del cual gira es la recaudación, es decir, primero hay que calcular cuánto se prevé recaudar, luego se decide en qué se va a gastar lo recaudado, y finalmente establece un mecanismo para que, sin importar cómo varíe la recaudación en más o en menos, el presupuesto sea siempre equilibrado. Ha eliminado la posibilidad de déficit, tanto para este presupuesto como para los que vengan en el futuro. Lo importante es que su eliminación del déficit es conceptual y no meramente numérica. Los números se dibujan en todos los presupuestos, por eso no hizo referencia a números, pero conceptualmente el presupuesto contiene el modo en que con independencia de cómo evolucionen los números, siempre se consiga un presupuesto equilibrado. Si se recauda más o se gasta menos, según la naturaleza del ahorro -permanente o coyuntural-, ese cambio podrá traducirse en pago de la deuda, algunas mejoras postergadas -como las jubilaciones- o en rebajas de impuestos. Si se recauda menos, habrá que decidir qué gastos se eliminarán para mantener el equilibrio.
Otro punto en que el presidente insistió es que el equilibrio debe buscarse reduciendo gastos y no incrementando la expoliación a los contribuyentes. Por eso el compromiso de no incrementar los impuestos a partir de la situación actual.
También hizo referencia a la necesidad de que las provincias hagan su parte, y dijo que deberían en conjunto hacer una reducción del gasto muy importante. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
– Ese es uno de los temas más delicados. No es ningún secreto que desde el 11 de diciembre de 2023, un sector fundamentalmente del kirchnerismo ha estado operando de todas las formas para derrocar a este gobierno. Hay incluso legisladores que desde hace meses vienen insinuando un juicio político para destituirlo. El gobierno es fuerte en el sentido de que Milei conserva un importante apoyo popular a pesar de las medidas recesivas y antipáticas que ha debido tomar para evitar una crisis enorme. Pero es institucionalmente muy débil, en términos de confrontación tanto en el Congreso como con los gobernadores.
Al suscribir el pacto de Mayo, 19 de las 24 jurisdicciones aceptaron la limitación de sus gastos, pero las conductas a partir de allí han sido dispares. La referencia genérica que hizo el presidente no cayó bien en algunos gobernadores que consideran que sí están haciendo esfuerzos. Creo que Milei sabe bien quiénes están actuando con responsabilidad, quiénes siguen siendo tan irresponsables como siempre y quiénes actúan incluso a propósito con fines destituyentes. Pero en todo caso, las reformas en las provincias serán necesarias, porque de lo contrario enfrentaremos algunas nuevas crisis y peleas en el futuro. El gobierno está dispuesto a mantener en orden las cuentas, lo que significa no girar más dinero a las provincias que el que indica la coparticipación y algunas obras de carácter nacional. De modo que aquellos gobernadores que han usado los fondos de la coparticipación para armar su poder político y pagar favores a sus aliados, en lugar de gastar en seguridad, justicia, infraestructura, educación y salud, entrarán en una grave crisis. Espero que los habitantes de esas provincias lo adviertan y promuevan las modificaciones internas que son esperables.