La noche de este lunes, cuando el contador del sitio “Ya casi Venezuela” llegó a cero, yo, como argentino, estaba más ansioso que mis amigos venezolanos desparramados por el mundo. “¿Pero, qué creen que va a pasar?”, preguntaba. “Nada”, era la respuesta al unísona. A lo sumo, lo que podían esperar era “el anuncio de un anuncio”. Eso fue lo que pasó. La espera desencadenó en un nuevo misterio y una nueva espera. La diferencia es que ahora hay que poner dinero.
Detrás del sitio que irrumpió en las redes sociales hay más misterio y dudas que certezas. En realidad, cosas claras no hay ninguna. Solamente la cara de Erik Prince, que aparece como más que un endorsement como pieza clave en el supuesto proyecto de liberación de Venezuela. Quitando su figura, que permite hacer algún tipo de especulación, por ahora todo es un gran signo de interrogación.
¿Qué es “Ya casi Venezuela”?
Cuando Edmundo González Urrutia llegaba a España, publicando un comunicado sombrío que parecía más una renuncia que otra cosa, apareció en las redes sociales un sitio web que prometía el final del régimen y ofrecía un contador en retroceso que alimentaba el misterio, las esperanzas y los debates. Es que, con toda lógica, luego de tantas desilusiones (y con el fraude electoral del chavismo hace poco tiempo), no eran pocos los que se mostraban naturalmente escépticos y críticos.
Lo único concreto que había (y que hay al día de hoy) es el respaldo de Erik Prince, fundador de la empresa militar privada Blackwater, lo que parecía indicar que la propuesta no sería ni diplomática, ni política ni pacífica. Y es que ya ha quedado claro que al régimen chavista no se le saca ni con diplomacia, ni con política ni con paz.
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La aparición del sitio web y la presencia de Prince abrió un nuevo debate entre los escépticos y los esperanzados. Mientras muchos especulábamos sobre la posibilidad de blanquear y reconocer el eventual proyecto, con todo lo que eso significa, el periodista Jaime Bayly se animaba a expresarse al respecto, visibilizando aún más la cuestión.
Además de hacer referencia al “Día D” (ayer lunes 16 de septiembre) sumó a Elon Musk al staff de “conspiradores” supuestamente liderado por Erik Prince, asegurando que las fuentes con las que cuenta le sugirieron que no había que esperar un ataque terrestre tradicional, sino que la cuestión podría tener que ver con una incursión aérea, detallando las posibilidades de los drones de fabricación norteamericana que tiene el magnate sudafricano.
El “Día D” no terminó con el régimen
Cuando el contador llegó a cero, el sitio simplemente cambió el contenido. Ahora se abrían las posibilidades para recibir “donaciones”. Los que aguardaban alguna novedad relevante en el ámbito militar (unos pocos), sintieron una vez más como la zanahoria se alejaba o, como le decimos en Argentina, que “se corre el arco”.
Sin embargo, muchas personas alrededor del mundo (en su mayoría venezolanos) comenzaron a enviar dinero a la plataforma que no ofrece ninguna garantía de nada. No dice cuánto se necesita, no aclara para qué lo van a usar, no señala qué piensan hacer si no consiguen la suma necesaria ni tampoco hacen referencia alguna sobre la posibilidad de un eventual fracaso. Como si fuera poco, algunos de los videos que acompañaron la plataforma son bastante amateurs, por así decirlo.
Así se inició el “crowdfunding” más movilizador de la historia de internet, pero también, hay que decirlo, el menos serio. Siempre que una iniciativa así se lanza, todo está absolutamente especificado. Qué se necesita, para qué se utilizará, cuál es el plazo para la recaudación y cómo se devolverá el dinero en caso de no conseguir los objetivos. Por ahora, “Ya casi Venezuela” solamente pide dinero. Y algo empezó a entrar.
Resumiendo, todo es poco claro y hasta parece amateur. Lo único que aparece como “respaldo”, por así decirlo, es la figura de Erik Prince, que, definitivamente no es un hombre que necesite robarle un par de millones de dólares a un grupo de exiliados esperanzados en ver el final de la tiranía. El fundador del ejército privado más importante del mundo (que también se lo podría denominar de “mercenarios”, sin caer necesariamente en lo peyorativo del término) tendría más para perder que para ganar, tanto en el escenario de estafa (lo que lo fulminaría directamente), como en el de fracaso.
También aparece el nombre de Elon Musk, que Bayly lo puso entre los conspiradores contra el régimen. ¿Está involucrado? Nadie podría decirlo. Sin embargo, “Ya casi Venezuela” sigue operando en X y juntando dinero. Si la campaña fuese repudiada por parte del director ejecutivo de Tesla, la “vaquita” no seguiría vigente en la red social que antes se llamaba Twitter.
Así que, por ahora, esto es lo que hay. El ingreso de “donaciones” (término complejo que pudo haber sido un error terminológico o la palabra ideal del justificativo para algo que no tenga resultados) a un proyecto poco claro, que lo único que tiene detrás es a un hombre que vería perjudicada su imagen si esto termina en nada. Mientras tanto, los “influencers” chavistas hacen lo que el manual les dice que deben hacer: reírse de los opositores que estarían regalando dinero y siendo estafados impunemente.
Que cada uno saque su propia conclusión.