Hoy se celebra mundialmente el día del Cabernet Sauvignon, una de las cepas más plantadas en todo el planeta, que tiene excelentes exponentes en cada país con producción vitivinícola. Sus características la hacen resistente a las adversidades, por lo que no presenta inconvenientes para acomodarse a los distintos terruños.
De buenas migas con las barricas, taninos y acidez interesantes y con un potencial para la guarda, el Cabernet Sauvignon es una de las cepas insignia de la vitivinicultura. En Argentina está presente desde mediados del siglo XIX junto al Malbec y su legado persiste. Al día de hoy, las góndolas ofrecen opciones muy interesantes de la cepa y a un precio muy accesible. Repasemos algunas.
En todos los supermercados y accesible para todos
En las góndolas de los mercados a los que acudimos a diario hay decenas de etiquetas de opciones “industriales”, con marcas que todos conocemos, pero no todas ofrecen un buen producto, a pesar de su producción masiva. Sin embargo, dos vinos que podemos encontrar en cualquier lugar tienen muy ricas opciones de Cabernet Sauvignon. No fallan nunca. Hablamos del Trumpeter y del Saint Felicien.
La botella de apertura de la línea de Rutini Wines tiene siete meses de roble (francés y americano), por lo que siempre contará con una estructura interesante. De color rubí intenso y de nariz y paladar frutal y delicada, el Trumpeter Cabernet Sauvignon es uno de los ejemplos claros que dejan en evidencia que en Argentina pueden estar los mejores vinos el mundo en relación calidad / precio.
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Ya con doce meses de barrica (también francesa y americana) el Saint Felicien ofrece una elegancia que parece de otro precio. Con suaves notas de pimienta blanca, frutos rojos y ciruelas maduras, Catena Zapata muestra también que no hay que gastar una fortuna para tomar un buen vino. Como si fuera poco, este vino tiene un muy buen potencial de guarda para disfrutar en varios años y ver como evoluciona.
Ambos son para sacar de la heladera y disfrutar con pastas, carnes rojas, blancas, picadas, quesos y una amplia paleta de maridajes. Todo terrenos. Para llevar a un asado o para una pizza o empanadas.
Si nos gustó la cepa y queremos ver qué nos puede ofrecer el varietal en una opción un poco más “sofisticada”, por algunos pesos más (pero sin caer en quebrantos económicos) Catena también nos ofrece su Angélica Zapata. Aquí nos encontramos con una versión que da un pasito al frente en materia de elegancia, con taninos típicos de la variedad, pero bien integrados y amables al paladar. Del viñedo Angélica de la bodega del sur del Valle de Uco, se produce desde 2017. Aquí la complejidad y elegancia de este vino limita un poco el maridaje en relación con los anteriores, porque hay que prestarle más atención al vino. Claro que va con carnes, pero con cortes más magros y sutiles. Es decir, más para un lomo que para un costillar. ¿Pastas? También, pero con salsas más delicadas y sutiles.
La cepa para los grandes blends y para hacer vinos de guarda
Si hablamos del Cabernet Sauvignon en un vino de corte, con enorme potencial de guarda, no podemos dejar de mencionar a un clásico de la bodega López. El Chateau Vieux mendocino proviene de las fincas La Marthita y Santa Teresa, en Maipú. Aunque las botellas que ya encontramos disponibles tienen la complejidad de un gran vino de guarda, tiene más potencial que nuestras propias expectativas de vida. En la bodega preservan todavía algunas de las botellas que tienen de la cosecha 1937, que se abren solamente para ocasiones especiales. De añejamiento en toneles de roble francés de hasta 20000 litros de capacidad durante ocho años, este blend con Merlot y Pinot Noir es otro escenario interesante para disfrutar lo que ofrece el Cabernet Sauvignon, una vez que ya conocemos bien la variedad en soledad.
Carmelo Patti: una historia italoargentina
Carmelo nació en Sicilia, pero con tan solo un año llegó a la Argentina con sus padres Giuseppe y Sebastiana. Su primer trabajo fue, justamente, en la vinificación junto a su padre, que traía su experiencia en la producción de vinos desde su Italia natal. Luego de una vida dedicada al vino, en 1989 funda su propia bodega familiar que, al día de hoy, es una de las más respetadas en el país. Su Cabernet Sauvignon es uno por el que todos se sacan el sombrero. Lo mejor de todo es que también es accesible al bolsillo. Puede que no para todos los días, pero sí para darse un gustito unas veces al mes.
De color bello y pálido como los vinos de la bodega, nariz intensa y sabor complejo, elegante, largo y armonioso, producto de un muy buen trabajo con las barricas de roble francés. Un excelente exponente del Cabernet, que brinda la perfecta armonía entre la variedad de la fruta, el terruño y la mano del enólogo en la bodega. Se disfruta hoy y, si hay paciencia, se disfrutará de una gran evolución en unos años. Para ambas cosas está diseñado.