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El gobierno argentino continúa corrigiendo los gravísimos desajustes económicos heredados del kirchnerismo. Aunque Sergio Massa dejó plantada una bomba con riesgo de hiperinflación, el último mes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos confirmó que el IPC ya está por debajo de las dos cifras, situándose en 8 %. Y esta tarde, el presidente Javier Milei anticipó que el control de cambios está por llegar a su fin, lo que sería una muy buena noticia en materia de previsibilidad e incentivos para la inversión.
Con relación al “cepo”, el libertario aseguró que está en los planes “abrirlo lo antes posible”. También aclaró que la medida se ha demorado hasta ahora, porque el gobierno está llevando ese proceso mediante las herramientas del mercado “y no de prepo”. “Esta es una característica de este gobierno, que respeta a rajatabla la propiedad privada”.
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Vale recordar que cuando asumió la gestión actual, el dólar libre se situaba alrededor de los 1000 pesos, mientras que el “oficial” que le dejó el kirchnerismo rondaba los 400. Aunque el equipo de Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, sinceraron este último, llevándolo a 800, el dólar blue (libre) no despegó y se mantuvo quieto. Esto permitió comenzar la sintonía fina con una brecha muy pequeña, en el marco de una permanente reducción en materia de inflación.
Con respecto a la corrección del gasto público, el presidente resaltó que está llevando a cabo el ajuste fiscal “más grande de la historia de la humanidad”.
Ante las personalidades que se hicieron presentes en la jornada del Consejo Interamericano de Comercio y Producción, el referente libertario también aclaró que su programa monetario sigue siendo el mismo que prometió en campaña. Insistió en la próxima etapa sin control de cambios y competencia de monedas, para luego ir hacia la dolarización y cerrar el banco central. En su opinión, esto impedirá que “los políticos corruptos le puedan volver a robar a los argentinos emitiendo dinero”.
También cuestionó duramente a sus colegas que critican la existencia de un supuesto “atraso cambiario” y piden una devaluación. Para Milei hablar de “atraso” requiere tener un conocimiento total de todas las variables económicas, por lo que rechazó en duros términos la acusación. Con respecto a los que señalan que Argentina está “cara en dólares”, recientemente el mandatario compartió en sus redes sociales una reflexión, donde reconoce la cuestión de los precios, pero la disoció del tipo de cambio. Para Milei, antes de fomentar una política que licúe los salarios es necesario discutir las cuestiones que encarecen los productos en Argentina, como la alta presión impositiva, los problemas de producción que complican la competitividad, las regulaciones abusivas y la falta de competencia. Todas cuestiones que la actual gestión busca revertir con el Decreto de Necesidad y Urgencia y la Ley Bases, que ya tiene media sanción en Diputados y muy pronto se votará en Senadores.
Una vez más, les recordó a los poderosos empresarios que escuchaban sus palabras, que el gobierno no será el responsable de la mejora de la economía, y que simplemente quitará las trabas del medio para que el sector privado haga el trabajo. “No soy un comunista. Soy un liberal libertario y creo que ustedes son los creadores de riqueza”, resaltó.
