Lo que cae con cada nuevo índice de inflación en Argentina no es solamente un gobierno fracasado. También se van enterrando las teorías esotéricas con las que el kirchnerismo pretendió explicar y controlar la subida de los precios. Marzo arrojó un 7,7%, alcanzando un interanual de 104,3%, a pesar de los precios “regulados” y “congelados”. Desagregados importantes como el de “alimentos y bebidas” tuvo incluso un alza superior al promedio, con un 9,3%. La paciencia de los argentinos ya no da para más y las calles (como las encuestas) lo dejan en evidencia.
En simultáneo con el nefasto índice mensual (que suma más que el anualizado de la mayoría de los países medianamente normales) el dólar libre llegó a los 400 pesos. Aunque el gobierno siga hablando de la guerra, de los especuladores, de los “formadores de precios” y de la “multicausalidad” de la inflación, la realidad les demuestra a los sufridos tenedores de pesos que el problema no está en otro lugar que no sea en el valor de los billetes y el banco central.
Con el mismo discurso vacío de siempre, la vocera presidencial volvió a decir lo mismo que siempre y prometió que la situación se podrá revertir en el futuro. Ya nadie le cree, lógicamente. “Estamos redoblando esfuerzos, convencidos de que el camino es sostener el crecimiento y el orden que estamos logrando. Y sabemos que la mayoría de los análisis nos muestran que este fue el peor momento y que comenzó una tendencia a la baja que esperamos ver reflejada próximamente”, señaló Gabriela Cerruti. Lejos de conseguir esperanza, sus palabras no cosecharon más que risas e indignación, como se vio esta tarde en las redes sociales.
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Claro que, en vísperas de las elecciones, el gobierno no tiene nada para ofrecer para solucionar el problema. Aunque Sergio Massa quería ser candidato, al estar al frente del ministerio de Economía, por estas horas no es más ni menos que el máximo responsable de este desastre ante la opinión pública. Alberto Fernández también quiere la reelección, pero lo cierto es que no lo respalda ni siquiera el kirchnerismo. Pero por el lado de la oposición, Juntos por el Cambio tampoco logra convencer en materia económica.
El intendente capitalino, Horacio Rodríguez Larreta, insiste en todas sus entrevistas que tiene “un plan” para bajar la inflación, pero ningún periodista le logra arrancar ni una sola definición al respecto. Cuando le preguntan si piensa dolarizar, el jefe de Gobierno adelanta que no. Por su parte, Patricia Bullrich tampoco logra convencer en materia económica y sus partidarios reconocen que ven con buenos ojos una dupla junto a Javier Milei, que no para de subir en las encuestas. Es que su prédica y advertencias permanentes coinciden con la realidad y dejan en evidencia que los políticos argentinos no deberían estar capacitados para emitir dinero inflacionario.
“Repitan conmigo. La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario generado por un exceso de oferta de dinero, ya sea por aumento de la oferta y/o caída de la demanda, lo cual hace caer el poder adquisitivo de la moneda, esto es los precios expresados en pesos suben”, reiteró hoy el diputado libertario.
Mauricio Macri ya reconoció que el economista liberal disputará el balotaje. Hace rato que la posibilidad de un “Milei presidente” es algo absolutamente posible. No hace falta más que salir a la calle y preguntarle a la gente por quién va a votar.